Capítulo 26 -Final "Parte 1".

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Gaara quedó atónito, quería ir tras Lee y el pequeño Metal pero no podía, no se movía, Suken aún lo sostenía. Gaara trató de zafarse del agarre pero este acercó más su cuerpo, Gaara actuó rápido y lo alejó con su arena.

-Será mejor que salgas de mi oficina.

Gaara se estaba enojando y la situación podría volverse muy mala para Suken.

-Pero aún tenemos un asunto que hablar.

-Ya terminamos, lo de su casa quedará resuelto.

-No hablo de mi casa, hablo de nosotros.

-¿Nosotros?

-Si, que tal si usted y yo...

Gaara tomó a Suken del cuello con la arena y lo elevó en el aire, envolvió toda su cara con la arena, queria decapitarlo.

-Si llego a casa y MI ESPOSO está molesto conmigo te perseguiré y te arrancaré las cuatro extremidades ¿de acuerdo?

Gaara dejó que la arena le soltara la cabeza y volvió a sentarse para tratar de calmarse.

Pero en ese momento algo pasó, algo que no pensaba, que no esperaba, la cara de Suken era diferente, sus cejas no eran las mismas, una colgaba y la otra ya no estaba, de bajo tenía cejas normales, su cara estaba rasguñada por la arena y trataba de regular su respiración.

-¿Cejas falsas?

Fue lo único que Gaara pudo pronunciar, y descubrir eso lo hizo feliz, al menos sabía que si algo amaba él de Lee eran sus cejas y que la única forma de alguien seducirlo era pareciéndose a él.

Se levantó de su lugar y salió de la oficina, luego se tomaría el tiempo de averiguar que pretendía ese chico, por ahora sólo pensaba en ir a buscar a su esposo.

[●●●]

Lee y Metal se encontraban frente al televisor en la casa de Gaara, ambos estaban aburridos y molestos, Metal quería pasar tiempo con Gaara y Lee no se lo permitió pues el tenía sus propias razones de estar molesto.

Ambos boltearon a ver con el mismo gesto a la persona que entraba por la puerta principal pero al ver que era Gaara Metal corrió a sus brazos sonriente, Lee en cambio se cruzó de brazos y se undió más en el sofá.

-¿Ya almorzaste tesoro?

-Si, papá y yo comimos hace un rato.

-Que bueno, podrías ir a tu habitación un momento necesito hablar con tu papá, es algo de adultos que no puedes escuchar.

-Esta bien, pero después haremos algo juntos siii.

-Claro que si campeón.

Metal corrió a su habitación y Gaara se sentó junto a Lee.

-¿Podemos hablar?

Lee lo miró y asintió.

-No te preocupes Gaara, sólo estoy algo molesto pero se me pasará.

-Déjame explicarte lo que pasó exactamente.

-No hace falta, supongo que estabas enojado porque no quise continuar con el sexo anoche y por eso te conseguiste a alguien que se parecía a mi para cogertelo.

-¿Qué? ¡Noooo! ¡No me molesté por eso! ¡y nunca estaría con alguien que no fueras tu!

-Pero...

-Pero nada, ¡Que imaginación la tuya!

-¡Ay pues perdón! Pensé que como eres el kasekage puedes hacer lo que quieras con quien quieras y que cualquiera estaría más que dispuesto a estar contigo.

-Tal ves sea verdad pero yo solo quiero estar con alguien.

-¿Con quien?

-Con el idiota que me robó el corazón.

-¡Oye! No puedes llamarme idiota y ser tan lindo al mismo tiempo ¡eso me confunde!

Gaara sonrió y se acercó y le robó un beso, luego otro y otro y otro.

-¡Al fin! Llevo meses tratando de saber si mis papás se besaban.

-¡Metal! -dijeron al mismo tiempo.

-¿Porque querías saber eso? -preguntó Gaara.

-Porque eso hacen las parejas así que pensé que ustedes eran una pareja rara que no se besan ni nada.

Gaara se acercó al oído de Lee y le susurró algo.

-Si supiera todo lo que hacemos.

Lee se sonrojó y cargó a su hijo en su regazo para llenarlo de cosquillas y besos, la vida era perfecta para ellos.

[●●●]

Esta es la historia de un amor que cruza fronteras dos veces por semana, que enfrenta estereotipos, el amor que demuestra no depender de apariencia física, estatus social, fuerza física o sexos, ambos habían descubierto lo que era el verdadero amor, y se lo demostraron al mundo todos los días de sus vidas.

Era Metal Lee de siete años cuando Gaara adoptó a Shinki y a pesar de los celos de hijo único los primeros meses se acostumbró a la idea de compartir a su padre con el nuevo integrante de la familia, una familia que crecía en amor todos los días.

A los 46 años de edad Gaara se retira del puesto de Kasekage dejando a Shinki como su sucesor y mudandose a Konoha con Lee para pasar el resto de sus vidas juntos, lejos de las complicaciones del mundo shinobi.

Lee continuaba con los ejercicios rutinarios, no tan intensos como antes pero seguía estando fuerte por si alguna ves necesitaban la ayuda del mejor joûnin de la historia y el gran maestro del taijutsu.

Gaara se dedica a criar captus, decía que se retiró para descansar y disfrutar de la vida no para el ejercicio y entrenar a pequeños aprendices ninjas que lo vivían rodeando en busca de consejos.

La vida era perfecta, envejecer con la persona que amas es lo que todos merecen y es lo que Gaara y Lee tienen.

Pues la vida era perfecta para el Kage sin cejas y el chico de carita hermosa.

Fin.

Solo tú  ~GaaLee~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora