Sangre fría (Sunoo x Sunghoon)

Capítulo 2

-Sunoo-

El dolor de cabeza estaba matándome, lentamente, como si quisiera quitarme todos mis pocos años de vida, sentía que nacía en mis sienes y crecía hasta que el cerebro parecía estar a punto de explotarme.

Eran esos dolores de cabeza que no te dejan en paz y tampoco te dejan dormir.

Llevaba alrededor de 2 horas dando vueltas en mi cama y no conseguía calmarse. Tenía miedo de levantar a Heeseung y que comenzara a preocuparse, siempre insistía en que una pastilla me haría sentir mejor hasta que descubrió que era alérgico a la aspirina, así como a otros medicamentos.

Era alérgico a una gran lista de cosas, pero el dolor de cabeza se debía a que principalmente no había comido bien, yo no podía comer bien. Jungwon todavía se preocupaba por eso a pesar de estar acostumbrado, pues desde que había ingresado al internado no comía nada en los comedores y llevaba comida a la habitación mientras hacia los deberes o tomaba un batido entre las clases.

No era mi culpa, es solo que estaba acostumbrado a la comida y dulces de mi hogar que no llegaron esta semana, siempre los pedía con anticipación y esta semana por algún problema de envío no estaban aquí. Pensaba en salir pero Jungwon se había pasado toda la semana sobre mí ya que estábamos en los exámenes del primer periodo y quería estudiar todo lo posible.

Habían días donde se lamentaba que no fuéramos compañeros de cuarto para pasar todo el día juntos y platicar por las noches en el cuarto, aunque nuestro compañero de cuarto se enojara por el ruido, pero era algo imposible. Mi mejor amigo compartía dormitorio con otro alumno de nuestro año llamado Jake y alguien de primer año cuyo nombre era Niki.

Mi habitación era la única que no tenía un tercer compañero, solo compartía cuarto con Lee Heeseung que poco a poco se había vuelto mi amigo. No se metía en mis asuntos, no forzaba a que habláramos, era callado y amable. Y como era un año mayor nuestros horarios coincidían de vez en cuando.

Con él podía sentirme en armonía y eso me hacía sentir un poco culpable porque prefería a mi compañero de cuarto que a mi mejor amigo pelinegro.

Heeseung sabía de mis migrañas y se preocupaba cuando me descubría despierto, hecho bolita, tratando de respirar pausadamente para calmar el dolor; conocía mi cuerpo y sabía que me ayudaba ... pero esta vez no estaba funcionando.

El dolor no se calmaba.

Tendría que recurrir al plan B; salir por un poco de aire, intentar calmarme, respirar profundo y esperar. Esperar a que todo se calmara para volver al dormitorio, aunque dudaba que pudiera ponerme de pie sin que todo me diera vueltas.

Bien Sunoo, un paso a la vez- pensé a la vez que colocaba un pie en el suelo y después el otro. Tomé impulso con ambas manos en el colchón y conseguí pararme. Quise celebrar mi propio triunfo pero debería guardar silencio si no quería despertar al castaño que dormía en la otra cama.

Por algo nuestros padres pagaban tanto en este internado, las habitaciones eran enormes, pero hacía eco incluso tu propia respiración y las paredes y pasillos de roble y caoba oscuros no ayudaban a ver bien por las noches, necesitaba tener cuidado.

Cuando salí al pasillo exterior comencé a dejar de marearme, conforme avanzaba todavía sentía la cabeza pesada pero no me daba vueltas, era un gran avance.

Y al dar la vuelta hacia uno de los tantos pasillos que llevaba a uno de los tantos balcones lo vi.

Estaba reclinado sobre el muro, sentado en la barandilla de piedra, no tenía los pies hacia afuera, estaba sentado completamente ahí, con las piernas un poco recogidas y la vista hacia el frente.

Pero el también me sintió, volteo su mirada en el mismo momento en que yo lo hice y sus ojos negros chocaron con mis ojos miel, su piel sumamente blanca hacia contraste con sus suaves cabellos negros y entonces me sonrió.

No pude moverme, fue como estar bajo un hechizo. Estaba estático a mitad del pasillo, su sonrisa me congeló.

-¿Así que tú eres ese dulce olor?