Capítulo 19

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-Sunoo-

No pude dormir en toda la noche.

Aferrado al pequeño oso de peluche que Jungwon me había regalado, como si de un timo se tratara, me sujetaba a él. Me sentía como un barco de vela, a la deriva y con todo el viento y mar en contra suyo. Lo peor era que ya ni siquiera sabía hacia donde dirigirme, uno de los pilares en mi vida estaba sufriendo.

Jungwon estaba sufriendo por mi culpa. Y yo mismo acaba de condenarlo.

No había otras palabras para describir la situación, así como no existían palabras para expresar mi propio sufrimiento. Mi propio dolor que me devoraba lentamente por dentro.

Así que me mantuve de ese modo. De pie, con el osito entre mis brazos, hasta sentir que mis piernas se agarrotaban y les costaba mantenerse de ese modo; hasta sentir cómo mis nudillos se volvían blancos y pálidos por la presión de mis manos sobre mis antebrazos, y la forma en que mi propia carne se presionaba y lastimaba por mis dedos. Pero yo no podía sentirlo. Era como si lo observara todo desde lejos, como si se tratara de otro cuerpo, de otra persona, que yo observaba desde lejos. Solo podía sentir la forma en que el dolor fluía pesadamente por mis venas, y el pecho me palpitaba de la forma mas punzante posible. El corazón chocaba contra mi caja torácica y la respiración se atoraba dentro de mi garganta.

Era mi culpa. Mi propia culpa.

Estaba perdido en mis pensamientos. La habitación donde estos resonaban como gritos justo ahora, estaba dentro de mi cerebro; me atormentaban segundo a segundo y me impedían dormir o parpadear, tan siquiera cerrar los ojos por un momento. Podía verla, como si me encontrara allí dentro y así era, resquebrajando y rompiendo las ventanas, volviendo polvo lo que se encontraba en aquella habitación.

Y justo en medio estaba yo.

Ahí, varado, donde mis lamentos y mi propio dolor destrozaban todo lo que estaba a mi alrededor. Justo igual que la realidad en la que vivía.

Rodeado de los juguetes que habían marcado mi infancia, las cosas tan insignificantes que me importaban y lo fácil que era sonreír en aquel momento, por la forma en que mi inocencia se había roto en un segundo, cuando al fin fui capaz de abrir los ojos. Abrirlos de verdad y comprender la realidad de este mundo. Mi existencia entera estaba bañada en sangre humana, en vidas que cargaría sobre mi espalda por el resto de la eternidad.

Debería de haberme alejado. Debería de haber huido de todos al ser consciente del riesgo que corrían y debería de haber aceptado mi yugo, como el peso de mi propia responsabilidad.

Ahora, justo por mi egoísmo, había puesto a todos en peligro y dañado a la persona más importante para mí.

A la más importante...

Soy tan inútil. Tan, tan inútil.

Solo en ese momento... me di cuenta de mi insignificancia. Y si no me encontrara tan perdido dentro de mí, habría soltado una carcajada sin humor.

Nunca pude hacer nada.

Las palabras de mis padres resonaron como un eco dentro de mi interior, acallando todas las voces que me perturbaban.

"-De igual forma ya estaba decidido desde antes que nacieras, no te estamos consultando nada".

Siempre estuve entre sus manos. Nunca pude hacer nada.

El corazón dentro de mi pecho se encogió de forma dolorosa y el estómago me dio una vuelta entera al comprenderlo.

Apreté todavía más el peluche entre mis temblorosas manos.

Sangre fría (Sunoo x Sunghoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora