𝑚𝑖é𝑟𝑐𝑜𝑙𝑒𝑠

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La familia styles tenía un día a la semana en donde iba a las colonias menos favorecidas y regalaba ropa, despensas o lo que sea que necesitarán los habitantes de ese lugar. Tal vez por eso es que eran uno de los empresarios más queridos del estado.

El hijo menor de los styles estaba desesperado por irse, quería jugar con los niños y hacer nuevos amigos. Su hermano mayor harry no gustaba tanto de esas visitas, pues siempre terminaba con malas miradas por cómo vestía pero sus padres siempre decían que harían eso juntos como la familia unida que son.

—¡mami, hazzie no se apura! —gruñó el castaño jalando el brazo de su hermano.—¡dile que se apure, los niños nos están esperando!

Lluvia solo rió por la actitud de su hijo menor todos los miércoles. —deja que harry camine lo más lento que quiere, eso no cambiará el hecho de que tiene que ir con nosotros.

—¡mamá! ¿Para qué me necesitan? ¡Ya va liam! —se cruzó de brazos. Lluvia solo negó indispuesta para tener la misma discusión con él.

—los espero en el coche, su padre debe de estar a nada de bajar. —con un suspiro pesado harry se dejó ser arrastrado por liam, el cual iba chillando como ratita feliz.

Los ojitos de liam brillaron cuando su padre cerró la puerta de su hogar con seguro y caminó veloz al coche.
—¿Crees que los niños quieran jugar conmigo a la pelota? Mami, me dijo que podía regalar parte de mis juguetes si yo quería ¡y traje muchos carritos, osos y dulces! —le sonrío mostrando todos sus dientes a su hermano. Harry ignoro la sonrisa que quería partir su cara al escuchar al menor y sacudió su cabello con rulos.

—lo más seguro que sí, eres un niño chillón y juguetón, de seguro son iguales.

—¿eso es bueno? —dejo caer su cabecita a un lado confundido.

Harry se encogió de hombros y se puso los auriculares. Liam se cruzó de brazos al ver a su hermano ignorarlo.
—mami, ¿soy un niño bueno?

—lo eres, cariño, eres un buen bebé. —liam chilló feliz y saco su carrito rojo para jugar mientras llegaban.

El camino lo era tan largo pero su mami siempre hacía paradas para llenar el tanque se gasolina y comprar algunas cosas que llegasen a faltar, todo eso le tomaba diez minutos y otros quince para llegar a las casitas de color blanco que se parecen. Liam pegó su carita a la ventana cuando su mami entró a una calle que el reconocía pero no recordaba el nombre. Dos minutos más y se estacionaron, al lado había una carpa color naranja puesta, ahí es donde sus la familia ponía su puesto.

—harry, ayuda a tu madre a bajar las despensas y liam saca tu caja de juguetes y ve acomodarte a una mesa. —el niño asintió y fue por su caja.

Después de quince minutos todo estaba acomodado en su lugar, liam estaba de pie en una silla con su hermano harry a su lado en la mesa donde sus juguetes ya estaban acomodados.
Señoras comenzaron a llegar, liam hizo un puchero al no ver niños con ellas, pero no se desánimo, saludó a cada una de ellas con una sonrisa y besitos que lo ponían rojito.

—¿y los niños, hazzie? —preguntó a su hermano tomando un carrito en sus manos.

—no tardan en llegar, ya verás que lo harán. —asintió confiando en su hermano.

Y no se equivocó, un par de chicos entraron, uno rubio y otro motenito con sus ropas algo viejas, liam los saludó y les pidió que se acercaran.
—¡tengo muchos juguetes para regalar, ¿quieren?! —los niños se acercaron y tomaron varios de ellos para sentarse en el piso a jugar, liam chilló y se unió a ellos.

—¡soy liam y tengo siete!

—yo soy niall y él es mi amigo zayn, es muy tímido para hablar. Tenemos ocho años. —dijo el rubio, el moreno solo asintió rojito. Liam hizo un puchero pero asintió.

𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 |𝐳𝐢𝐚𝐦 𝐦𝐚𝐲𝐧𝐞|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora