𝑓𝑜𝑡𝑜 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎𝑟

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Liam terminó de acomodar los moños en las coletas de su pequeña Samantha, se veía tan linda con ese vestido azul cielo con olanes en la falda, sus mejillas rojitas y con sus mejillas gordas, ella sacó la paletita de su boca para sonreírle.

—mami, quiero jugar con lila, ¿ya terminaste? —aleteo esas pestañas largas que había heredado de su padre y esos ojos chocolate de mirada intensa.

—recuerda no ensuciar tu vestido, en cuanto papi salga del baño nos iremos a tomar la foto familiar, ¿okay? —le beso la mejilla y la bajó de su sillita.

—si, mami. —corrió lejos de él buscando a la gata con manchas que habían adoptado hace dos meses.

Sonriendo se dejó caer en una de las sillas de la cocina mientras sobaba su estómago con hambre. Hoy sería el día que tomarían su foto familiar y no se podía encontrar más que feliz por ello, se había levantado lo más temprano posible para preparar las ropas que utilizarían para las fotos, porque no sería solo una, deseaba sacara varias de su bella familia.

Zayn no chistó sobre ello, él lo mimaba con todo lo que pasaba por su cabeza y más ahora que su pequeña estaba a nada de comenzar jardín de niños, no se sentía listo para verla partir. Aunque no estaría cien por ciento sólo.

Unas manos grandes taparon su vista sacándole una risita.

—¿quién soy? —una voz aguda que le erizo la piel junto con una carcajada habló.

—mmm, no lo sé, opino que deberías de besarme para comprobarlo. —la ronca risa de su amado se escucho. Su cabeza fue echada hacia atrás donde unos labios lo besaron.

Él nunca se cansaría del hermoso sabor de los labios de su esposo, mucho menos de ese hombre que le alegraba sus días con su presencia.

—buen día, bebé. —dijo cuando se separó. Se agachó delante suyo poniéndose sobre una pierna acariciando su abdomen hinchado. —hola a ti también, mi pequeño bebé. —liam suspiro encantado.

Esto era más de lo que alguna vez pudo soñar, su pequeña familia era maravillosa, su esposo todo un ángel que lo había sacado del hoyo donde creía estar estancado, su pequeña hija una dulzura que iluminaba sus días y ese pequeño bebé que venía en camino ya lo hacía plenamente feliz.

—¿estás listo? —preguntó poniendo sus manos en las mejillas llenas de vellos del moreno, zayn había decido optar por un nuevo cambio de look y dejarse la barba era parte de ello, lo cual ponía caliente al castaño porque de sólo verlo sentía como todo su interior se encendía y rogaba por él.

Malditas hormonas.

—claro, bebé, estoy deseando tener esas fotos de una buena vez. —liam arrugó su nariz disgustado con el sarcasmo en la voz del moreno.

—perdón, sino quieres podemos quedarnos aquí. —zayn negó tomando las manos de liam entre las suyas.

—no, mi amor, te has esforzado mucho en esto, no pienso arruinar tu día. —beso la palma de su mano, dejó una palmada en su rodilla y se levantó. —iré por Sam, mientras ve al coche y espéranos ahí. —beso de forma corta sus labios y salió al patio trasero donde su hija se encontraba jugando con la gata.

Haciéndole caso, tomó la mochila de carritos de su pequeña que estaba en el sofá y salió dejando la puerta abierta. Ya en el asiento de copiloto se acomodo para estar cómodo, observó el coche de su marido y una sonrisa creció en sus labios al ver la foto que estaba cerca del modular. Su pequeña sam tenía apenas unos días de nacida cuando decidieron tomar esa foto, las mejillas de su hija estaban rosadas y sus ojitos cerrados mientras hacía un puchero, su cuerpecito era cubierto por una cobija rosita pastel con la cual seguía durmiendo. El rostro de zayn seguía igual de hermoso, sólo que sin barba y cabello menos largo, pero seguía siendo él, el tipo que lo enamoro sin saberlo, aquel chico de su universidad con el cual gustaba discutir. Y él seguía siendo el mismo, sólo que está vez sus rizos habían crecido dándole ese mismo toque de inocencia que por más que no lo fuera su rostro lo desprendía. Seguía igual de hermoso.

𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 |𝐳𝐢𝐚𝐦 𝐦𝐚𝐲𝐧𝐞|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora