𝑚𝑎𝑟𝑖𝑠𝑠𝑎

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A la edad de los treinta se había propuesto encontrar a una mujer hermosa y simpática con la cual compartir su vida de una buena vez, si bien, sentía que ya era hora de formar una familia y tener hijos. Pero lastimosamente se adelantó las hechos.

Nunca se esta listo para tener una familia, menos si tu deseo es tener una familia numerosa, incluso si tu esposa es una pierna alegre.

Marissa nunca fue la mujer digna de un hombre de rancho, para ser más precisos, de un hombre. Siempre había notado cierto interés por lo que podía darle más por lo que era. Aunque muy en el fondo le molestara decidió quedarse y formar una familia a su lado.

Un matrimonio de cinco años que trajo a dos bendiciones.

Pero esto cayó cuando ella le fue infiel con uno de sus mejores amigos. Fue un gran alivio, aunque sí un golpe bajo. El resto todo sabemos que fue lo que sucedió, hubo golpes esa noche y quejas de “ya no me tocabas como antes”, y aunque esa última parte era cierta. Pero Zayn nunca lograba sentirse lo sufiente excitado con esa mujer. Tenía un cuerpo voluptuoso y esas manos tersas que siempre le habían gustado, pero no lograba encenderlo. Tal vez desde ahí todo fue cayendo sin que él se diera cuenta.

Era lo mejor estar lejos, aparte que sus hijos no necesitaban de una madre que estuviera ausente la mayor parte del día. Si bien acordaron que los visitaría los fines de semana temía de que ella se los pudiera llevar para siempre de su lado. Era lo único bueno que había salido de algo tan desastroso.

Pero las visitas de ella se redujeron a nada, fue doble alivio para él. Aunque sabía, que sus hijos necesitaban de ella. Seguían siendo dos bebés al final de día.

Pero no le rogaría a una mujer como ella, menos si solo les prestaría atención porque le pagará.

Ahora que se encuentraba con dos hijos gateando de un lado a otro, papeles de divorcio y reses enfermas sentía como todo se le venía encima.

Necesitaba ayuda, alguien que no fuera la señora de la cocina que tenía más obligaciones que solo cuidar a sus hijos.

Fue ahí cuando tomó la decisión de pedirle a Yamil, otro de sus mejores amigos, que le pidiera a su hijo para que lo ayudara cuidando a sus pequeños. Había escuchado de Liam gracias a las cenas entre amigos, sabía que era un buen chico, y al ser hijo de uno de sus mejores amigos lo hacía más confiable para dejarle sus hijos a cargo.

Al principio, Yamil dudó mucho si era lo correcto, pues sabía del pasado de su amigo que se había basado en chicos y chicas por doquier. Pero también sabía que su hijo no se dejaría por un tipo como Zayn Malik.

Al menos eso pensaba.

El primer día que Liam trabajo en el rancho Malik todo fue tranquilo, ni siquiera Zayn había salido a recibirlo por el exceso de trabajo que había tenido en la fábrica de jugos y el cuidado de las reses, que con el paso de los días iban mejorando.

Si no hasta el segundo día donde se encontró al joven de veintitrés años cargando a Lucas y Lara entre sus brazos, mientras cantaba una canción de cuna con sus ojitos cerrados. Sus hijos en cambio se dedicaban a observar el rostro de su niñero con detenimiento, algo que le pareció raro pero no dijo algo al respecto. Tan solo fue y tomó a Lucas entre sus brazos escuchando su risita.

Liam se levantó apretando a la pequeña entre sus brazos asustado. Hasta que vio al hombre Moreno amigo de su padre sonriendo hacia el pequeño Lucas.

—oh, señor– no me di cuenta que había llegado, disculpe —sonrío penoso, intentó extenderle a la pequeña Lara sin mirarlo a la cara, pero está se negaba a dejarlo, el pequeño puchero en sus labios y sus ojitos brillando le hicieron saber que lloraría si lo hacía. —uhm, no se que le pasa.

𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 |𝐳𝐢𝐚𝐦 𝐦𝐚𝐲𝐧𝐞|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora