𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒄𝒊𝒆𝒈𝒐

413 40 55
                                    

liam se acercó a la mesa donde un lindo moreno se encontraba, el pequeño liam se encontraba nervioso pues el moreno tenía meses asistiendo a la cafetería y como todo un cobarde no se había acercado atenderlo.

y es que cada que estaba cerca quería echarse a correr y esconderse donde sea por lo nervioso y desesperado que lo tenía. es que ese hombre era un sueño.

al parecer el destino quería que fuera más valiente, ya que ninguno de sus compañeros había asistido ese día al trabajo.

reunión estudiantil, había dicho maría, la dueña de la cafetería.

soltando un suspiro se paro enfrente de él. sabía que el moreno era ciego, por lo cual no podía ver lo poco favorecido que había sido liam.

gordito, cacheton, feo y enano. así se describía él y los demás gustaban de dejárselo en claro.

"es mejor así, no podrá burlarse de mí ni setir lástima"
—voy a querer un café negro, por favor. —liam sintió su cara calentarse y asintió.

su sonrojo se hizo todavía más fuerte al darse cuenta de la tontera que había cometido.

¿es que te olvidas de que él no puede verte?

—cla-claro, y-a se lo traigo —se alejó lo más rápido que pudo.

¿cómo es que ese chico con solo estar ahí sentado puede causar tantas cosas en él?

ahora no quería ir a entregarle su café, ¿y si se lo tiraba encima? iba a estar más avergonzado aún y el moreno saldría lastimado.

tendría que librarse de eso, él no podía ir, no, no, no.

comenzó a preparar el café y llamó a maría.

—¿qué pasa, cariño?

—no puedo ir, ¿crees poder entregarle esto al moreno de allá? —apuntó — si voy yo de seguro cometere una tontería y uno de los dos saldrá lastimado, no puedo, no puedo, no quiero hacerle daño. — le hizo un puchero y sus ojitos se aguaron.

—cariño, debes de-

—no —la abrazo.

¿es que no se daba cuenta que liam aún es un bebé?

—está bien, cariño, iré yo —dejó un beso en su frente separándose por unos centímetros —pero a la próxima irás tú, tienes que ser más valiente, eres hermo-

negó interrumpiendo a la dueña.
—no más mentiras, mary. —sollozo.

—mi pequeño bebé —lo envolvió en un abrazo más fuerte.

liam siempre ha recibido comentarios horribles hacia su físico, hoy a sus dieciocho años nada ha cambiado y le duele porque sus compañeros ya no son unos niños, sus pensamientos deberían ser diferentes y hacer sentir mejor al castaño, y lo único que recibe son rechazos que le alimentan sus inseguridades.

mary se alejó y liam fue a encerrarse al baño, se sentó a un lado de la puerta y escondió su cabecita en sus piernas. se sentía como un tonto por no lograr más que un acercamiento con él. ¿es que acaso el mundo no se daba cuenta de qué él aún se siente un bebé y no está preparado para eso? lo avientan al mar sin siquiera saber nadar, o se lo comen los peces o se ahoga.

si fueras diferente, si te sintieras más confiado, si fueras lindo.

¿todo eso sería suficiente para enamorar a un chico?

no lo sabía, no todos son iguales.

minutos después un murmullo se escucho a su lado, la puerta fue abierta.
—al principio el chico de la voz linda me atendió pero cuando llevaron mi café no era él, creo que no me encontró lo suficiente atractivo, ¿qué debería hacer? —liam tapó su boca antes de que un chillido saliera de ella. moría por escuchar su voz de cerca, ¿sabes lo grave y hermosa que es? mis nervios aumentan cuando logré captar su hermosa voz sobre las otras, me gustaría poder tocarlo y hacerle saber lo mucho que me encanta escucharlo, pero la dueña comentó que él es muy tímido y por eso no regresó. —liam siendo lo más silencioso posible se acercó y empujó la puerta del baño para salir.

𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 |𝐳𝐢𝐚𝐦 𝐦𝐚𝐲𝐧𝐞|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora