XVI. Memorias II

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* José*

Cuando terminamos de comer, Miguel se disculpo por no estar más tiempo conmigo y se fue, lo entiendo, yo también odio que las reuniones sean en mi país pero es lo que tocaba, espero no ser el siguiente como se hace al azar es un pedo a veces. Me digo que se haría en un pequeña tienda con un sótano bastante grande, sin sospechas, perfecto... No como aquella vez con el idiota de Daniel (Paraguay), si era joven y tonto pero literalmente nos puso un letrero encima de "somos narcotraficantes, arrestenos por favor" se pasó dos años en el bote por esa estupidez, el y el pobre de Sebas (Uruguay) que no tenía vela en ese entierro pero por tratar de defender al otro también lo entambaron.

Me puse a lavar los platos aunque muchos se ofrecieron a ayudarme y hasta les apenaba que yo hiciera esto pero no tengo mucho que hacer realmente, mañana llega el cargamento de armas para Manu, además está muy ocupado como para ir a la playa juntos aunque... Vi al ruso, seguía a todos lados a Carlos aunque solo se dedicaban a mover de aquí a allá las cosas que les dijeran, se veía tan acalorado aunque llevaba su bufanda como siempre solo que cambio su estilo a una camisa de mangas cortas y unas bermudas, sus piernas son rechonchas pero fuerte ja ahora que lo veo así sería divertido llevarlo al desierto de Atacama y dejarlo ahí encadenado al suelo hasta que muera a Manu le encanta eso, siempre lo regaño pero me reclama por qué yo prefiero algo más rápido como tortura, no tengo todo el día, pero el es más cruel ... Aunque bueno ambos somos así, pues le enseño el mejor jajaja.

En fin, tal vez solo debería relajarme hoy. Me senté en el sillón de la sala y cerré los ojos.

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*Hace algunos años*

- Ey boludo.

Y ahí estaba, este güero pendejo que me tiene comiendo de su mano.

J- ¿Qué pasa?

Solo se acercó más aún a mi, si eso era posible, y empezó a hacer un puchero bastante divertido.

M- Dijiste que está vez me dejarías ser el de arriba.

J- jajajaja ¿Cuando dije eso?

M- No te rías que me rompe las bolas y también puedo hacerlo con las tuyas.

J- Ya, ya tranquilo ¿Acaso no lo hice bien?

Solo volteo la mirada apenado.

M- Ja! Para nada, he tenido mejores cogidas que está.

J- Clarooo güerito.

No hace mucho habíamos empezado a salir formalmente, vino tan pronto como las cosas en Chile se calmaron un poco y me encontró aquí en vez del viejo, le expliqué todo tratando de mantener la paz y sobre todo el negocio entre nosotros, creo que vio como había cuidado a los chicos de Araya así que acepto después se enteró de que era quien era, claro en ese tiempo mi nombre ya se había hecho algo reconocido pero nunca había ido a hacer tratos con argentinos solo con Chile, Colombia, Venezuela y claro asegurarme que se transportará seguro tanto por mar como por tierra.

Lo vi pararse de la cama indignado, ese era Martín Hernández, alto (aunque no tanto como yo), rubio, blanquito, con unos muy bonitos ojos verdes, este chamaco, aunque solo le llevo un año realmente, pudo haber hecho lo que quisiera con esa carita pero no, decidió tomar la ruta "fácil" de ganar dinero si yo hubiera tenido lo que el tuvo no estaría aquí pero el se siente la mera verga donde esté y el negocio no es una excepción.a Viene de buena casa, sus padres están vivos, lo quieren y son políticos así que no hay quien le ponga freno en Argentina pero aún así... Pudo ser mejor que esto.

Se metió a bañar sin voltear a verme, costo algo de trabajo y mucho alcohol para tener algo con el, es muy lindo, me gusta ver a caritas tan lindas como la suya llorar, enrojecerse, gemir, junto con todas sus curiosas expresiones. Al parecer le gustó porque empezamos a hacerlo con más frecuencia, claro que por la situación y por lo egocéntrico que es empecé yo a ir a su casa además Manu lo prefería así que encontrarnos cogiendo en su sala, obviamente no lo voy a llevar a la casa de Araya, no soy irrespetuoso.

Entre las balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora