Entre las balas.

XIV. Chile

José*

Que sueño pero tengo que levantarme en tres días será la reunión con Manu y le prometí que llegaría hoy ... Aaggg otra vez levantarme a las cinco de la mañana ni que fuera godín, ya tenía mi pequeña maleta lista así que solo me vestí, cargue mis armas y salí de mi cuarto, de inmediato un agradable olor me llegó, baje las escaleras para ver a mi hermanita apilar otro traste lleno de comida en la mesa.

G- A ver a qué horas te levantas.

J- Si, si, buenos días.

G- Buenos días hermanito.

Su pequeña sonrisa me hizo sospechar, ya era raro que se levantará para despedirme , ella no iba a las reuniones aunque quisiera, este negocio lo manejo yo y es por su seguridad, claro que vamos a visitar a Manu unas cuantas veces al año pero eso no es trabajo.

J- Entonces...

G- Ya están todos los chicos esperándote, anda llévate esto.

Me dio una bolsa repleta de contenedores con comida desde pozole hasta tacos.

J- ¿Eh?¿Qué es esto?

Me miró inflando sus cachetes como si fuera obvia la respuesta.

G- Es para manu, también dale esto  - me dio una bolsa llena de dulces-  y más vale que me lo saludes.

J- aa claro, a el le preparas un chingo de comida y yo te pido un antojo una vez al mes y me ignoras, anda vete a vivir con el si quieres, mi hermana no quiere wuaaaaaaaa

G- Dios que chillón eres, anda toma y ya vete.

Me dio otro recipiente con enchiladas y mi cafecito.

J- Gracias, aunque con toda está cantidad van a pensar que trafico drogas jajaja

G- je que menso eres más vale que te vayas con cuidado, no te confíes. 

J- Lo se, no te preocupes... bueno ya me voy

Me acerque a abrazarla, recuerdo las primeras veces que le negué ir a algún lado conmigo, al principio parecía muy triste o tal vez  frustrada, se que nunca le gustó mi idea de trabajar solo yo pero con el tiempo comprendió que es lo mejor, ella es lo único que me queda, por eso preferimos no despedirnos, sabemos que un día puede que no vuelva pero despedirse es como asegurarlo o eso dice ella, cada vez que lo hacemos, como hoy, siento que se aferra a mi por más que intente negar lo y yo a ella.

G- Cuídate tontito

J- jejeje claro

Me dio un pequeño beso en la mejilla para luego acompañarme hasta afuera y quedarse en la puerta también le di su beso el la mejilla, cierto ya todos estaban fuera lástima que no pude despertar al ruso como la otra vez aaa solo lo hago por su cara de susto, si.

J- Vamos chicos! No tenemos todo el día.

Entramos al auto y vi a mi hermana despedirnos con la mano, hicimos la misma ruta que al visitar el gringo solo con el pequeño detalle de ser un vuelo de 9 horas, el ruso como siempre parecía tranquilo aa~ como si me importara este tipo, tan pronto despejamos cerré los ojos para recordar algo pero terminé quedándome dormido.

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Algunos años atrás.

Cuando mi madre murió solo tarde uno o dos años en deshacerme de él, lo único que teníamos era nuestra pequeña casa y muchos enemigos, poco a poco fui ganando algo de respeto pero todavía seguía como la sombra de mi padre algunos ni se habían enterado de su muerte, cuando por fin pude salir del país fui a Italia, sabía que ahí estaba el socio más grande de mi padre, mala decisión, tan pronto me presenté no dudaron en tratar de llenarme de balas, que lo lograron pero tengo demasiado por delante como para morir por un poco de plomo.