XVIII. Cuenta regresiva.

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*Iván*

Me desperté por varios golpes en la puerta y Carlos informándonos que teníamos cinco minutos para salir, por el tamaño de la casa nos habían dado una habitación para dos personas así que vi a mi compañero levantarse de mala gana, ayer no hablamos mucho lo que agradecí solo digo algunas cosas extrañas como que el jefe esta nervioso y que realmente debía tener cuidado con lo que dijera por ser el nuevo, no entendí muy bien pero haré caso a sus advertencias después de todo esté no es territorio de José.

Nos vestimos con prisa y salimos al pasillo, ahí estaba el resto, cuando llegamos todos solo nos dieron algunas armas, nos subimos a los coches que empezaron a llevarnos a ... A la costa al parecer. No había indicios de José así que no sabía a dónde o porque íbamos, Carlos le indico a dos personas quedarse en casa para cuidarlo, siempre hacen eso, si José ordena algo Carlos es el que va y nos turnamos para quedarnos con José por cualquier cosa, es un buen sistema pero siendo sinceros confía demasiado en estos sujetos que realmente no son tan buenos como cree, tal vez puedan detener a un agente de la DEA normal pero no más allá aunque bueno creo que su lealtad va más lejos que el hecho de protegerlo.

Chile es más lindo de lo usé pensaba, bastante colorido al menos en este estado pero demasiado caluroso para mí gusto teniendo en cuenta que es verano me gustaría suponer que son sus máximas temperaturas pero lo dudo, entramos en el puerto con una señal al guardia, y nos estacionamos lejos de los grandes contenedores que esperaban su revisión para ser ingresados al país en una pequeña "oficina" o algo parecido que se notaba abandona pero que claramente sirvió antes al guardia de los contenedores. Nadie nos había seguido pero todos parecía tensos esto seguramente es algún tipo de intercambio o punto de llegada de mercancía y si, en un momento llegó un auto azul que reconocí, era uno de los autos del taller/escondite en la capital de México en ese auto volvimos después del tiroteo además nadie levantó sus armas sin embargo apareció otro auto detrás de él, uno negro y con recubrimiento en ese momento Carlos dio la orden, apuntamos al auto hasta que se detuvo bastante lejos de nosotros , el azul más cerca.

Del azul bajo el mismo tipo que nos recibió en el taller.

- Ey Carlos gracias por venir a/
C- ¿Quién chingados es ese?

Antes de que el otro pudiera explicarse, el conductor del otro auto salió, un hombre bastante formal para este calor, alzó las manos en señal de paz pero dejo ver sus armas aún así se movió hacia adelante del auto y abrió la puerta trasera de ella salió una mujer, una mujer bastante atractiva podría decir que media un metro sesenta, piel morena, cabello largo, ondulado y negro, y llevaba puesto un vestido amarillo con azul perfecto para la playa pero formal además de unos lentes oscuros, levantó la mano sonriendo.

- CARLITOS jajaja qué bueno verte de nuevo.

Todos suspiraron algo.. ¿Cansados? ¿Quién era está mujer? Y bajaron las armas muy rápido también lo hice.

C- Perfecto a Manuel le va a encantar esto.

Algunos rieron y el tipo del taller digo:

- Ja perdón, tan pronto me reconoció no pude sacarme la de encima.

C- No te culpo, bueno chicos mitad y mitad en cada auto, dejen saludo a la señorita.

Solo asentí, esa mujer empezó a caminar hacía nosotros más rápido de lo que me esperaba con esos tacones, me distraje con un chiflido que me dieron, en efecto dentro del auto azul específicamente bajo los asientos de enmedio había un lindo tapiz de distintos tipos de fardos de colores, vaya esto es más rápido que aventarlos desde el barco, empezamos a meterlos en nuestro auto.

Eran pocos, diría que unos 40 o hasta 35 así que acabamos rápido, vi como Carlos hablaba con la mujer, había algo en ella que no me agradaba, algo en mi cabeza decía "peligro" pero todavía no se que es, se notaba que pese a su sarcasmos anterior Carlos tenía ¿Miedo? Bueno nervios y parecía hablar en frases cortar mientras que por otro lado, la mujer se movía, movía sus brazos, lanzaba grandes risas mientras hablaba, tardaron un poco y estaban lo suficientemente lejos como para que no pudiera leer sus labios pero cuando Carlos volvió ella vino con el.

Entre las balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora