V. Mientras no estorbes.

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*Iván.

Ahora estaba dentro de lo que sería mi habitación en mi estadía en México, todo es muy extraño pero tengo que comportarme, ellos tienen sus trucos y yo los míos. Tomé mi teléfono especial y contacte con mi pequeña hermana.

____pib____pib____pib___ cuchac

- Privet Nat.
- Vanya! ¿Cómo va todo?
- Bien, no te preocupes y ¿Nuestro invitado?
- Vivo.
- Cuídalo hasta que vuelva por favor.
- ummh qué aburridooo
- Cuando esté por terminar te dejaré hacer lo que quieras con él.
- Jeje gracias.
-¿Sigues con mi hermana?
- Da! La próxima semana voy a San Petersburgo por un ex funcionario.
- Cuídate.
- Claro, tú también, no te dejes seducir por esas mujeres mexicanas eh??
- Kolkolkol Nat sabes que no soy así.
- Es la última hermanito...es la última.
- No te preocupes Nat, después de esto desapareceremos de la faz de la tierra.
- Bueno solo vuelve a salvó.
- Claro, adiós.
- Adiós.

___chshshshsh poc!___

Colgè aa dormiré un rato cuando volvamos de... Realmente no sé qué haremos con ese tal "Quintana" pero cuando regresemos empezaré con mi reporte para tener más material.

Entrecerre la ventana, puse seguro a la puerta, me puse cómodo para dormir y claro saque mi preciosa arma de mi bolsillo, es raro que no me revisaran antes de traerme o es muy confiado, o es un idiota... posiblemente la segunda Kolkolkol.

Me acosté con el arma en una mano y mi tubería en la otra, uno aprende con el tiempo a nunca dormirse por completo aaahhh no recuerdo la última vez que soñé ahhhh.

*Toc*toc*toc*toc*toc*toc*toc

Aa que rápido pasó el tiempo, agg dejen de tocar.

-YA voy.
- El jefe ya está listo para salir, lo esperamos.
- Da gracias.

Oí los pasos alegarse, aagg creo que mejor no hubiera dormido, me cambié, escondí algunas balas en mis bolsillos je como dulces robados, cerre mi maleta con un buen seguro y salí rápidamente, no hay que hacer esperar a los narcos. Son las 4:27.

Cuando llegue afuera, había dos camionetas y un camión, muchos se estaban despidiendo de los niños, había mujeres y hombres todos con armas, él estaba recargado en la puerta de una de las camionetas  mirando al cielo, llevaba una bufanda roja, no tan larga como la mía con ella se cubrió el rostro por un momento. Aunque es invierno, no hace mucho frío, no como en Rusia.

- ~¿Qué andas viendo?~
- Aa señorita Guadalupe, no la noté.
- Jeje te sorprendí, bueno ,vamos, iré en tú primera "misión" pa que mi hermano no se pase de lanza contigo, ¿Va?
- aa Da.
- jeje

Después solo paso a mi lado, rayos! No la noté para nada, está gente es más peligrosa de lo que parece. Nos acercamos a José, él volteó a vernos y sonrió un poco.

- A ver a qué horas! Eh?
- Perdón hermanito estaba haciéndome un chingo, mira!

Ella le mostró su peinado, él solo asintió.

- Claro claro, bueno vámonos.

Y con eso todos subieron a los autos, José se subió en el asiento del conductor, su hermana de copiloto y yo con una mujer y un hombre atrás.
Mire levemente la cajuela, estaba cargada de explosivos y tanques de gas  tal vez de gasolina.

Éncendió el auto y empezamos nuestro camino, la pareja a mi lado empezó a hablar un poco entre ellos creo que son esposos pero él empezó a hablarme a mi.

- e Dimitri, ahorita tú entras conmigo eh?
- Da.
- Tú no dijas nada, solo parate ahí. Y no te preocupes solo se muere una vez jajaja.
- Aa claro.
- A y ahorita que lleguemos, te pones un chaleco antibalas, si, una bala entra de un lado y sale por el otro pero mejor estar preparado je.
- De acuerdo.
- Bueno con el trato que hice con tú padre las balas ya no van a salir del otro lado.
- Si bueno las balas especiales son un buen negocio.
- Exactamente y ustedes los rusos saben llevar negocios, esos pinches gringos que se creen Capone y lo tratan a uno como pinche esclavo, uno tiene que andar les rogando para hacer un trato, pus qué pena pero yo no le ruego a nadie. Ustedes son listos, saben cuándo disparar y cuando no, por eso acepte el trato.

Entre las balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora