En esta ocasión se reunieron en la cubierta del Calígine para hablar sobre las acciones que tomarían a continuación, como si realmente tuviesen elección sobre ello. La bruja manipuló la niebla apenas lo suficiente para que pudiesen verse los rostros los unos a los otros, sin embargo, aún después de una hora de deliberación, no habían conseguido concluir nada.
No podían volver sobre sus pasos para rescatar a Leo porque no sabían en donde se encontraban, tampoco se podía buscar a Calipso, porque no tenían ni idea de hacia dónde debían dirigirse, no tenían siquiera una mínima pista de cómo encontrar otro corazón y para empeorarlo todo, ni siquiera podían salir del mundo de la niebla porque tan pronto como lo hicieran, Zeus los atacaría con una tormenta que intentaría hundirlos. Además, la bruja no lo había dejado muy claro, pero, al parecer, sin el permiso de su hermano no podían hacer ningún movimiento.
—Estamos estancados— concluyó Annabeth, entonces— Pero, ¿Por cuánto tiempo?
—Tanto como dure la tormenta— le contestó Percy— O lo que es lo mismo: Tanto como lo quieran los dioses.
—No necesariamente— intervino Frank, quien, aún después de todo lo que habían discutido se sentía con ganas de seguir positivo— Creo que lo primero que necesitamos hacer es establecer una prioridad. — miró a Percy— No puedes encontrar a Calipso y a Leo al mismo tiempo, debes elegir a uno de ellos para buscarlo primero. E incluso, antes de eso, lo más importante es buscar tierra, para que el capitán Grace y yo podamos seguir nuestro camino.
—¿Hay tierra en el mundo de la niebla? —preguntó Annabeth, mirando a la bruja. Esta negó severamente con la cabeza, Frank pareció desinflarse como un pez globo muerto.
—Entonces... — aún así Frank no se rindió— Lo primero sería salir de la niebla.
—Y morir en la tormenta— contestó Jackson, con sarcasmo irradiando en su voz.
—Antes, dijiste que nos trajiste porque seríamos un escudo contra Ze...— inició a decir Jason, luego se dio cuenta de que había estado a punto de cometer un error—, contra el dios del cielo. ¿Qué pasó? ¿Por qué no funcionó antes?
—Porque apareció Rakunda— contestó Frank, de inmediato.
—Porque estábamos demasiado cerca del territorio del dios del mar—tradujo Hazel— Él generalmente no se mete con nosotros, pero si queremos robarle sus cosas... tiene defensas, en contra de cualquier marino. No creo que siquiera se haya enterado de que mi hermano y yo estábamos en el Argo.
—Entonces, técnicamente, podríamos salir del mundo de la niebla sin correr tanto riesgo— insistió Jason—Y así, solo tendríamos que encontrar tierra.
—¿Pero qué tierra? — Annabeth preguntó— Esta nave no parece haber tocado tierra en siglos.
—Y no lo va a hacer pronto—interrumpió Hazel— Mi hermano está en el mar porque la tierra es demasiado peligrosa para él. Los hechiceros son cazados en su mundo como ratas, y mi hermano es muy poderoso como para pasar desapercibido.
—Y, de todos modos, no sabemos en qué condiciones se encuentra Leo—intervino Piper— Bien podría estar luchando por su vida, esperando por un rescate, y nosotros aquí, intentando ir a una tierra desconocida. O peor, podría estar buscándonos, si nos vamos lejos, ¿cómo podrá encontrarnos?
Hubo un momento de silencio, en el que todos parecían estar pensando. Percy frotó sus ojos con sus manos cerradas en puños y al final, habló de nuevo, dirigiéndose a la bruja:
—¿Existe algún modo en el cual puedas rastrear a Leo? — le preguntó y ella de inmediato comenzó a negar con la cabeza.
—No... Al menos no ninguno que yo conozca— frunció el ceño y luego agregó—: Aunque tal vez mi hermano conozca algún hechizo que yo no.
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El Corazón Maldito - EN PAUSA
RomansaCuenta la leyenda que hace mucho, cuando las arenas del tiempo aún no daban su primer giro, los tres hermanos se dividieron el mundo, para gobernar sobre él. El primer hermano, dominó sobre el cielo; el segundo sobre el mar; y el tercero reinó en el...