Capítulo 25: Pasión en el bosque

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De a poco se acomodó encima de ella, le puso una mano por debajo de la cabeza y la besó. Abrió paso con su lengua entre los carnosos labios de Cy mientras buscaba desesperado corresponder con la lengua de ella. Con la otra mano empezó a recorrerle desde entre los senos, por las costillas, el ombligo y cuando llegó a la cadera, se dispuso a desabrochar de a poco, botón a botón, los jeans de ella. Cuando acabó, hundió su boca en el cuello de Cy, que enseguida soltó un ahogado gemido, suspiraba con fuerza, exhalaba sonoramente y le clavaba las uñas en la nuca, pero Dev sabía que aquello era una excelente señal.  

Entonces acercó las rodillas a la cadera de ella y se encorvó separando su erección de la entrepierna de Cy. Se dispuso a desabrochar su pantalón a la vez que no despegaba su ávida lengua de la base del cuello de ella, que parecía que producía los mejores efectos en su cuerpo. Cy vibraba y temblaba gimiendo debajo de él, por lo que se apresuró, y enseguida acabó, se acomodó de vuelta, pero presionando un poco más su erección con la cadera de Cy, que en respuesta se arqueó acertiva. Cuando recibió ésta señal, se dispuso a empezar a frotarse suave y lentamente contra ella, que inhalaba aire como si sus pulmones estuvieran presionados bajo el motor de un auto. Cyrene se removía tratando de bajarse el jean con Dev encima, por lo que apenas él lo notó, se rió y la ayudó, bajándolo hasta las rodillas mientras la besaba en la boca, bajando por su vientre, y luego de besarle en interior de cada muslo, se arrodilló entre las piernas de Cy para quitarle el pantalón. En cualquier otro momento de su vida, se hubiese sentido inhibida y avergonzada, pero esa noche no. No se frenaría por sus estúpidas inseguridades. Él en cambio, se sentía enamorado, sentía que estaba a punto de hacerle el amor a una hermosa ninfa del bosque. Se puso de pie para quitarse sus jeans, y de paso, vislumbrar desde otro ángulo a la muchacha que le estaba dando el privilegio de estar con ella, en un sentido de la palabra muy íntimo. Nunca lo había considera así con otras chicas, pero ella siempre había sido diferente y siempre lo sería.

Se arrodilló entre las piernas de ella y la miró con amor. No cariño, amistad o deseo. Con amor. La imaginó a ella junto a él de viejos, riéndose de las estupideces de su juventud y le sonrió.

-No traigo protección- suspiró al notar que el único condón que tenía, parecía que lo había olvidado en el auto, o perdido aunque creía que lo había llevado consigo en el jean.

-No importa, tomaré algo luego- dijo Cyrene entre gemidos, incorporándose quedando sentada frente a él, se inclinó lo suficiente para rodearle el cuello con ambas manos, y tiró fuerte de él, aunque no se estuviera resistiendo, y lo acercó a ella tanto que sus narices estaban pegadas -Presiento que será la mejor vez de mi vida- le sonrió mientras se recostaba lentamente, con él pegado a su cuerpo. Dev sonrió con emoción. La recostó despacio sobre la ropa tendida en el suelo, y la comenzó a besar de a poco, corriéndose de sus labios por sus mejillas, a su oreja, y luego bajando por el cuello hasta la clavícula. Estaba titubeando si debía o no, si ella se ofendería, pero no podía aguantarse más. Lo que más lo encandilaba del cuerpo de Cyrene, eran sus pechos, y no le haría el amor sin poder tocarlos. Pasó una mano por la espalda de la chica con delicadeza, y cuando sintió el broche del sostén, lo ajustó sobre sí mismo con los dedos índice y pulgar, y tras dos o tres errores, por fin cedió y se desprendió. 

Arqueó su espalda separando su pecho del de Cy unos segundos y le quitó el sostén. Se incorporó arrodillado frente a ella, se le escapó todo el aire de pronto, se mordió el labio inferior y ella se sonrojó, mirando en otra dirección. Estaba anonadado, sus pechos eran redondos, firmes, grandes y preciosos. Por poco no se le hacía agua la boca, se aproximó despacio y besó entre ellos, cubriendo uno con una mano, y sosteniendo el otro mientras lo besaba, rozándolo con la lengua y los labios. Cyrene trató de ahogar sus gemidos, estaba incómoda pero le gustaba lo que Dev estaba haciendo. Dean no solía besar así, tan suave, sus pezones ni sus pechos. Era más brusco. Había sido más brusco en todo, pero Dev no. Le besaba despacio, le rozaba, y le acariciaba con los dedos. Apenas se contuvo unos segundos, y enseguida soltó un gemido agudo, por lo que él desplazó su cuerpo sobre ella, cubriendo sus pechos con el suyo, mientras le ponía una mano detrás de la espalda para incorporarla apenas unos centímetros y besarla, metiendo su mano despacio dentro de la ropa interior de ella. Debía verificar que todo estuviese yendo por su debido camino, ya que su erección era notoria para todo el bosque. Rozó el clítoris con el dedo índice, y en respuesta ella se estremeció. Bien. Bajó cauteloso, mientras la besaba despacio dándole aire y espacio para que se quejara o negara, la besaba, se apartaba besándole el cuello y volvía a su boca. Introdujo sin problemas un dedo dentro de ella, haciéndola abrir los ojos de par en par y cerrándolos despacio de vuelta, exhalando todo el aire, y volviéndolo a inhalar con fuerza. Estaba lista, caliente y preparada. Estaba extasiado de emoción. Se acomodó sobre sus pantorillas de modo que pudiera besarla pero estar despegado de ella, colocó ambos pulgares dentro de la ropa interior de ella, a los lados y comenzó a bajársela despacio, juntó en el aire frente a él, los tobillos de Cy, y le quitó la ropa interior.

Bajo el color del cielo (Cy y Dev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora