Capítulo 10: Desliz

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Cuando llegaron a la casa de Luke, una de dos plantas, y un pequeño sótano repleto de cervezas, estaba atestada de gente. Muchos que venían del baile, estaban con las camisas desabotonadas, sin corbatas ni blazers. Dev agradeció no haberse puesto esos artilugios ahorcadores, se desabrochó dos botones y se sacó su saco, doblando hasta sus codos las mangas de la camisa. 

-¿Me das tu abrigo y tu cartera?- le propuso a Cy. ¿Qué estaba haciendo? ¡Maldita sea! Caballeroso, y justamente con Cyrene Rose. Pero no podía dar un paso atrás, quién sabía, tal vez esa noche pudiera encamarse con ella, y saber qué se sentían esos hermosos pechos.

-¿Y qué harás con ellos?- inquirió desconfiada, ceñuda. Como siempre solía mirarlo. Él dejó escapar sonoramente el aire.

-La guerra ha acabado, ¿Okey?- le dijo con su blazer colgando de su antebrazo, abriendo y separando los brazos del cuerpo, agachándose levemente para quedar a la altura de los ojos de ella, con la boca abierta y las cejas alzadas.

-¿Qué harás con mi ropa, Dev?- insistió Cyrene, algo intimidada, susurrando.

-Buscar un lugar seguro para guardarla hasta que nos marchemos- respondió, y la ayudó a quitarse el abrigo. Subió a la segunda planta, seguido de Cy, que no lo perdía de vista ni medio segundo. Se volvió, riéndose de ella -¿Por qué no vas a la cocina por unas cervezas?- le ofreció.

-No sé dónde está la cocina- respondió distraída, observando a la gente a su alrededor, y los detalles de la casa.

-Pues pregúntale a alguien, ahora bajo y te busco- insistió, aún con una media sonrisa en sus carnosos labios.

-No conozco a nadie, Porter- le recriminó, pero aún distraída. No quería hacerle dar culpa, pero de todos modos él la sintió. Ella no tenía más amigos que Savannah, y ahora ese chico nuevo, y sabía que era su culpa. Si ella era la base de la cadena de supervivencia de la escuela, era por sus bromas. Frunció los labios con ella siguiéndolo por detrás.

-Bien. Sígueme, luego buscaremos a tu amiga y a Alex- propuso, mientras se disponía a entrar en el cuarto de lo que parecía una niña de unos seis años. Encendió la luz y vió una pequeña cama, y una cuna. Juguetes y peluches por el suelo, barbies vestidas con prendas rosas, a juego con la pared. Y unas puertas blancas. Las abrió, y encontró un armario con perchas libres, dónde colgó la cartera y abrigo de Cy, y los escondió cubriéndolos con su abrigo encima. Nadie entraría allí. Tomó su dinero del blazer, y lo guardó en sus pantalones, junto con el celular de Cy. No debía perder de vista ninguna de esas cosas. 

-Buena idea- comentó ella, mientras alzaba los juguetes poniéndolos en un baúl vacío.

-¿Qué rayos haces?- se burló Dev, con los brazos en jarra. Ella estaba agachada, juntando barbies y peluches, y colocándolos en el baúl.

-Ordeno un poco. Si alguien entra ebrio, y pisa algo, seguro lo romperá. Son niñas las que duermen aquí, a mi no me hubiese gustado entrar a mi habitación y encontrar algo roto- balbuceó y prosiguió. Entonces Dev se arrodilló junto a ella, y la ayudó. Una vez, sus primos habían roto un hermoso camión rojo y azul que sus padres le habían regalado en su primer navidad, de todos modos lo había guardado y todavía lo conservaba. Le había dolido en el alma, y entendió de qué hablaba Cyrene. 

Apenas terminaron, salieron de allí, apagando la luz. Había muchas chicas, pero un par sobresalía, ambas chillando como locas, peleando y jalándose del cabello al borde de las escaleras. Cuando Cy y Dev miraron en esa dirección con interés, observaron a Sharon y otra rubia, gritando y golpeándose. Dev se acercó a toda velocidad a ellas, y las separó, alejándolas del borde de los escalones.

-Paren ya, demonios- renegó, esforzándose por mantenerlas apartadas una de otra. -¿Qué les pasa?- inquirió mirando a una primero, y luego a la otra.

Bajo el color del cielo (Cy y Dev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora