Capítulo 11: Crisis y vacaciones

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Dev no pudo pegar un ojo en toda la noche. Cuando salió el Sol, entonces se sintió un poco mejor y durmió toda esa tarde. La confianza que tenía con los Datch, era mayor que con los de su propia sangre. Alex no volvió hasta luego del almuerzo, y para entonces Dev estaba profundamente dormido en el colchón que tenía en la habitación de Alex. Tenía cosas que contarle, pero prefirió dejarlo dormir.

Cuando Cyrene despertó, sola, le costó despegar los ojos con tanta máscara de pestañas en ellos. Cuando pudo sentarse en la cama, se asustó. No sabía dónde estaba. Esa no era su habitación. ¿Qué había pasado anoche? Se besó con Dev... ¡Mierda! ¿Se fue a casa con Dev? ¿Y qué más habían hecho? Busco por toda la habitación, que era realmente austera. Suspiró, y se arrodilló en el suelo, entonces vio su celular sobre un escritorio. Lo tomó, y marcó el número de Savannah. Cuando ésta atendió, Cyrene chilló algo inentendible, entre lágrimas, y enseguida Sav entró en la habitación de Dean.

-¡Nena! ¿Qué te pasa?- dijo Savannah, aproximándose a ella, abrazándola y tirando su móvil sobre la cama de su hermano. -Estamos en mi casa, está bien- la calmó, sin soltarla la llevó hasta la cama y ambas se sentaron.

-¿Qué pasó anoche?- preguntó Cyrene, secándose las lágrimas negras.

-Pues dime tú... Estábamos en la fiesta de Luke, y te perdimos de vista. Luego apareciste queriendo irte- explicó mirándose las uñas esculpidas. Cruzó los brazos en su regazo, y le dedicó una mirada que pedía explicaciones. A Cyrene empezó a dolerle fuertemente la cabeza, y a agolpársele los recuerdos de la noche anterior en la consciencia. Dev. Alcohol. Dev. Baile. Dev. Besos. Risas, estrepitosas risas. Una bofetada. Ouch, ahora recordaba todo muy bien. Frunció los labios y miró con los ojos estrechos a su amiga. Era una expresión de puro dolor. Savannah se rascó la frente, mirando el suelo.

-¿Qué hice? ¿Dónde estoy?- preguntó Cyrene, frustrada. Se había besado con Dev Porter. Peor aún, había tenido su primer beso con Dev. Y peor... Le había encantado. O eso recordaba. ¿Luego? La apuesta, sí...

-Es la habitación de Dean... Durmieron juntos- le contó mordiéndose el labio inferior conteniendo una carcajada. Cyrene abrió los ojos de par en par y dejó caer su mandíbula un par de centímetros, entonces Savannah le aclaró -No pasó nada entre ustedes. Ni siquiera te tocó. Mira esa cama, es enorme- dijo, y empezó a limpiarse la parte interna de las uñas con las otras uñas -Está embelesado, se despertó antes que tú y te dejó dormir sola unas horas más. Te tiene el almuerzo listo, cocinó hamburguesas- se rió, y miró con ternura a su amiga, que estaba al borde de las lágrimas, le tomó de la mano -¿Ahora si quieres contarme qué sucedió?- inquirió paciente, no quería presionarla, pero sentía que podía ayudarla si sabía lo que había pasado.

-¿Nadie nos oye?- preguntó nerviosa. Savannah negó efusivamente con la cabeza, y los ojos muy abiertos -Anoche me besé con Dev...- soltó lo más bajo que pudo, y se tapó los ojos con ambas palmas, bajando la cabeza hasta sus rodillas desnudas.

-¡¿Qué?!- chilló Savannah, poniéndose de pie mientras lo decía. Estaba perpleja. La verdad, es que tras el comportamiento que ambos habían tenido la noche anterior, era de esperarse para cualquiera, menos para Savannah. Su mejor amiga no podía haberse besado con su enemigo...

-Me besó, nos besamos... Y empezó a sentirse muy bien- se excusó aún en susurros. Había descubierto que el amor se podía expresar de formas muy satisfactorias físicamente... ¿Amor?

-¿Y qué pasó? ¿Por qué te fuiste?- pensó en pocos segundos, otra posible situación -¿Trató de propasarse contigo?- susurró cerca, estrechando los ojos, con rencor.

-No...- miró hacia la habitación, el suelo, sus zapatos acomodados en una esquina, a todos lados menos a Savannah -Era sólo una apuesta. Una broma más de él- se masajeó la palma de la mano. 

Bajo el color del cielo (Cy y Dev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora