Capítulo 30: Momentos de oscuridad

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Cyrene se levantó a las nueve de la mañana cuando notó que no iba a poder dormir. Envuelta en la toalla, fue al baño y se duchó rápido. Hacía horas que no lloraba, sentía que se le habían agotado las lágrimas y se había secado. Se miró al espejo mientras desenredaba su cabello, y vió sus ojos con horribles ojeras moradas y muy hinchados... Suspiró hinchando el pecho. Fue caminando despacio a su habitación, se puso ropa interior y buscó un short de jean dos palmas arriba de las rodillas y una musculosa blanca. Se puso unas converse y se acomodó una campera de media estación negra encima. Tomó su cartera, su celular y salió en puntas de pie para no despertar a nadie. Los domingos sus padres recién amanecían a las once de la mañana, por lo que tenía tiempo de escapar. Se cruzó empleados en el camino hasta la puerta trasera, pero no saludó a nadie. Se puso unos Ray-Ban wayfarer negros que escondían sus ojos y salió hacia su rosal. Lo miró de abajo hacia arriba, acarició una rosa y se pinchó el dedo con una espina. Cuando vió sangre brotando de él, lo metió en su boca y corrió a la puerta del servicio, saliendo por allí. Caminó calle abajo unas cinco cuadras, respirando hondo, llenando sus pulmones de aire fresco. 

De pronto se sentía un poco mejor, no lo suficiente para que sonriera, pero cambiar de aire siempre resultaba. Revolvió su desordenada cartera de animal print gris y negro buscando el móvil, y cuando lo halló, le marcó a Dev. Sonó varias veces, y cuando creyó que no iba atender, él respondió.

-¿Ho... Hola?- preguntó somnoliento. Ella lo había despertado, se había quedado hasta tarde viendo películas con Sav y Alex, y como Cy no le había escrito, se durmió esperándola. 

-Lamento despertarte- su voz se notaba fría y distante, cosa que despabiló enseguida a Dev -¿Puedes buscarme?- dijo y le dictó la dirección.

-Claro muñeca, dame diez minutos- balbuceó mientras se refregaba los ojos. Le preocupó, pero no le preguntaría por teléfono. -Espérame, desayunaremos juntos e iremos a la playa- dijo sonriendo con el móvil entre la oreja y el hombro, mientras se ponía sus jeans.

-Hace un bonito día- dijo haciendo una vicera con su mano libre sobre sus ojos mirando el cielo soleado -Mejor vayamos directamente a la playa- ofreció. No sabía cómo le diría lo que tenía que decirle, pero si sabía que no quería que hubiera nadie cerca por si él se enfadaba y ella comenzaba a llorar de vuelta, aunque se creía incapaz.

-Bien, ya voy- dijo y ella cortó. Suspiró encantado. Buscó una musculosa negra, una campera gris, dinero, su móvil, un par de toallas y salió corriendo. Despertó a Susan para pedirle prestado el auto, y ésta aceptó enseguida con una sonrisa de dormida. Dev salió corriendo de allí, se montó en el coche y sin esperar a que calentara, corrió hacia donde Cy lo esperaba.

Cuando llegó a la dirección, una esquina cerca de la ciudad, Cy entró al coche sin darle tiempo a bajarse siquiera, haciendo que él cerrará de nuevo la puerta. Le sonrió y ella a él, pero no como siempre. Era una sonrisa forzada. Dev condujo en silencio unos segundos, y cuando aparcó en la costanera y vió que ella no hablaría, decidió empezar él.

-¿Sabes? Te ves hermosa hoy- sonrió y ella asintió con la cabeza gacha. -Y estas muy callada- rió mientras se rascaba la nuca algo incómodo. Fueron juntos hasta un puesto ambulante, compraron bebidas frías y unas galletas. Dev iba a sentarte sobre las toallas que había echado cerca del resto de la gente, pero vió a Cyrene que avanzaba alejándose, por lo que tomó las toallas y corrió tras ella, que iba con sus zapatillas en mano hundiendo los pies en la cálida y fina arena.

Luego de alejarse lo suficiente como para no oír el bullicio de la multitud, Cy frenó y Dev puso las toallas en la arena. Se sentaron frente al mar, callados. Él comenzaba a sentirse más y más incómodo, pero no se le había ocurrido preguntar qué iba mal. La miró mientras ella bebía largos y continuos sorbos de jugo de zumo de naranja.

Bajo el color del cielo (Cy y Dev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora