Capitulo 27

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Los personajes se retiran al Templo Muisca, donde iban moviendo escombros, Ted y Andy se unieron a los excavadores, picota o pala en mano movían tierra hasta encontrar algo, un ídolo, una caja de cigarrillos, lo que fuera. Siguieron haciendo eso hasta que Ted y otro excavador rompen una parte y encuentran el mismo pasadizo que lleva al estanque de petróleo donde se originó el incendio, hecho esto Ted y Andy dejan de excavar, toman una linterna cada uno y se dirigen al interior del subterráneo, al llegar al estanque todos se detienen, solo ven los cadáveres chamuscados de Papper y Nemocón al costado del estanque, cuando los Muiscas apagaron el incendio movieron los cadáveres, pero no habían vuelto a sacarlos para enterrarlo.

-¡Que triste! En verdad creyó que aquí estaba "El Dorado", lo que más me llama la atención es que los indígenas siguieran haciendo ese ritual de rociar con oro en polvo a sus nuevos gobernantes- dijo Theodore observando el cadaver de Papper 

-A pesar de que ellos hablen otros idiomas, su cultura no la pierden- respondió María. De pronto irrumpe Josep Blanc

-¡Ted! ¡Encontramos algo!- Ted, María y André se acercan a ver sus descubrimientos - Al parecer el túnel continua - los hombres de Blanc rompen la pared y ven que el túnel continua casi indefinidamente - Ted, seguiremos excavando hasta encontrar una estructura firme-Pep y sus hombres siguieron excavando, hasta que se les perdió el rastro, Ted y María se fueron a inspeccionar a un rincón del estanque.

-María, creo que debo pedirte perdón... lo del otro día... quizá fue muy apresurado de mi parte- se disculpó Ted

-Si, lo sé, yo también me quedé desconcertada por eso... pero sinceramente no me molestó- respondió María con una sonrisa en su rostro

-Vivimos en un mundo muy parecido, María... pero mi padre me enseñó que antes de cualquier cosa debía conocer bien a mi compañera, ¿me acompañarías a Nueva York cuando esta investigación acabe?- preguntó Theodore

-Me gustaría, pero...- decía María, pero de pronto irrumpe Sebastián Reyes y el resto de sus hombres en el templo, armados.

-¡Hasta que te encuentro maldito "gringo"!-  exclamó Reyes

-¿y tú que quieres?- respondió Ted valerosamente

-¡¿Dónde está Samantha?!- exigió Sebastián con arrogancia. 

El Ángel de Oro: en busca de "El Dorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora