Capitulo 31

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Ted y sus compañeros siguen inspeccionando hasta que encuentran un cuaderno en pésimas condiciones, Ted lo recoge y lo abre y ve que es un diario, perteneciente a Hernán Pérez de Quesada, "Pérez de Quesada si buscó El Dorado, de hecho, se le pagó una expedición, al fracasar se fue a Ecuador, lo exiliaron a la "Isla de la española", hasta que un rayo partió el barco en el que iba... o por lo menos eso enseñan los libros" pensó Ted, hasta que leyó que el diario estaba fechado para el año 1542, cuando afirmó no haber encontrado "El Dorado", pero el diario decía todo lo contrario, textualmente decía "Hoy he llegado al lugar. Me comunicaré con Francisco pronto", "¿Francisco? Podría ser Pizarro... aunque Pizarro fue conquistador de Perú, no de Colombia... Colombia... El Dorado, si Pérez de Quesada buscó el Dorado, tuvo que haber pasado por Ecuador y... ¡ese Francisco debió ser Orellana!" Pensó Ted, hecha esta reflexión se da media vuelta y queda frente a todos sus compañeros.

-¡Amigos! Este lugar era el refugio de Hernán Pérez de Quesada, y según lo registra en su diario, el encontró "El Dorado", ¡Este refugio es "El Dorado"! Pérez descubrió que era una estatua de Jesucristo hecha mucho antes de la llegada de los españoles a América, al que ellos llamaron "El Ángel de oro" ...- expuso Ted, ante la atenta mirada de todos

-Eso tiene lógica, por esa razón ningún historiador o conquistador la ha logrado encontrar, porque estaba muy sumida en la profundidad de un templo Muisca- agregó María

-Y seguramente Pérez y Orellana se lo ocultaron a Pizarro y.... al mundo entero para que el mito se mantuviera- comentó Ted

-...o porque seguramente nadie lo creería- completó André

Los excavadores, Josep, María y André aplauden a Ted, han logrado resolver el caso más grande de la historia Sudamericana.

-Bien, Pep, llama a Samantha para que venga, y cuando salgamos de aquí llamaremos a Kenneth Papper, para darle el resultado de la investigación, no llamen a ningún periodista ni a nadie sin que hallamos salido todos de las catacumbas, André, María y yo nos quedaremos acá para sacar fotos y seguiremos investigando otras cosas- ordenó Theodore.

Josep se retira junto a sus hombres, todos polvorientos y cansados, Theodore saluda contento y emocionado a cada uno, de hecho, se abrazó con casi todos ellos. Cuando todos se van, André se queda viendo la placa que decía "EL ANGEL DE ORO"

El Ángel de Oro: en busca de "El Dorado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora