María y Ted llegan a la laguna. Ted, maravillado por el frondoso bosque que rodaba la laguna busca entre los árboles alguna casa. Siguen caminando hasta que de pronto aparece un hombre mayor que les habla en el idioma de Ted.
-¿Qué están buscando?-
-Estamos buscando información sobre...- dijo Ted antes que el hombre lo interrumpiera
-...El Dorado?- Ted y María asienten a aquella pregunta- Sabía que este día llegaría, pasen adentro a la cabaña, por favor, debemos hablar un poco-
Ted, María y el hombre ingresaron a la pequeña cabaña donde el hombre vivía.
-Me llamo Eric Vanderbilt, estaba apoyando una búsqueda arqueológica...llegamos aquí con mi compañera... Samantha- relató Eric mientras María se sorprendía
-¿Tú eras el compañero de mi Abuela?- preguntó María
-Si, tú debes ser María, su nieta. Samantha no paraba hablar de ti, eres más hermosa de lo que imaginé. Con tu abuela nos enamoramos, nos conocimos en "El Callao", en Venezuela, nos dijimos que como ya éramos viejos, teníamos más de 70 años, decidimos cumplir nuestros sueños, así que me decidí a acompañarla a donde fuera, y me convenció de venir en su búsqueda de "El Dorado". Nos asentamos en esta cabaña... era un poco más pequeña que esto, nos levantábamos a las 5 de la mañana para salir a investigar, pero no encontrábamos nada, hasta que hace unos meses yo salí un domingo a comprar mercadería a la ciudad, le dije que no saliera, pero ella me dijo que saldría porque estaba convencida de que dentro del área circundante de la laguna había un grupo de personas realizando el mismo ritual de los muiscas, y que lo hacían los domingos, día que nunca investigábamos, salió, y cuando volví del mercado, Samantha había desaparecido- narró Eric, mientras se le dibujaba un claro rostro de tristeza
-Lo lamento señor. ¿Samantha dejó algún registro de lo que se hacía en ese ritual?- dijo Ted a Eric
-Si, aquí te lo entrego- dijo Eric, entonces le pasa a Theodore una libreta tamaño oficio. Ted abrió el libro y hojeándolo, hasta que encontró un grabado hecho a mano sobre la carta de Orellana, hasta que encontró la carta completa -Veo que encontraste la carta de Orellana. Justo después de decir que los hombres egoístas jamás encontrarían El Dorado Orellana dice que se llevaría a la tumba la mayor pista de la Ciudad- admiró Eric
-Pero el buscaba otra ciudad en el Amazonas, llamada Machifaro, la cual buscó hasta que murió- respondió Ted
-Recuerda Ted, El Dorado era el apodo de muchas ciudades míticas inventadas, puede que el creyera que Machifaro era El Dorado- esgrimió María
-Entonces ¿para que las pistas nos llevan a Guatavita?- se cuestionó Ted
-Orellana se fue al Amazonas porque sabía que, si descubría "El Dorado", Pizarro lo encontraría y se quedaría con las riquezas, por eso mintió diciendo que quería encontrar otra ciudad en el Amazonas, pero en realidad lo que hizo fue llevarse la pista a la tumba- respondió Eric.
ESTÁS LEYENDO
El Ángel de Oro: en busca de "El Dorado"
Narrativa StoricaEl Joven estudiante de arqueología, Theodore Ferdinand, junto a su profesor André Thorward reciben el encargo de parte de un prestigioso museo, el cual es investigar la leyenda de la Ciudad Perdida del Oro: "El Dorado". Durante su investigación debe...