Arthur Wood

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-Sí mi general-respondí como debía hacerlo, con mi mano en mi frente.

-Los sirvientes están todos ocupados, necesito que colabores-disimuló su orden con bondad-Escolta al Doctor Wood hasta su habitación, es el número 15.

- ¿Howe eh? –comentó el doctor estrechando mi mano-Arthur Wood, bioquímico galardonado.

Abrí grandes los ojos, pero no por los títulos que tanto presumía el señor, si no por ser el padre de Royse y Jasper. Farlomoni me cargó los bolsos del doctor en las manos y subí a su lado hasta el segundo piso. Podía oír el tintinear de los instrumentos químicos dentro de los bolsos.

-Con cuidado, es mi equipo especial-comentó el señor Wood siguiéndome.

-Lo cuidare con mi vida-respondí.

Nos abrimos paso entre el resto de los invitados hasta la habitación 15 y abrí la puerta con mi codo. Al entrar deposité los bultos en el suelo con extremo cuidado. No quería tener que enfrentar la furia de un científico egocéntrico, que era como sus hijos lo describían.

-Entonces, tu familia está de nuevo en Narnia-comentó el señor antes de que pudiera dejar la habitación- ¿Quién es tu madre o padre?

Me estremecí de espaldas al científico. De verdad no quería tener esa conversación ahora y menos con él.

-Marina Howe es mi madre-respondí al fin.

-Ya veo-murmuró Arthur desempacando sus utensilios.

Abrió la gran maleta de cuero rojizo y dentro observé muchos frascos de diferentes formas y tamaños. El bioquímico quitó cada uno con la delicadeza de un cirujano y los colocó sobre una mesa en la habitación. Él estaba absorto en sus asuntos, pero el silencio a mí me incomodaba.

-Si me disculpa, yo debo...

- ¿Conoces a mis hijos? -preguntó como si no me hubiera escuchado.

-No-mentí, sin saber por qué.

-Bueno, ya enviaré a alguien más a por ellos, gracias por tus servicios...-levantó la vista, impaciente para que me retire.

"Que sujeto tan amigable" pensé con sarcasmo saliendo al pasillo. Observé los pasillos llenos de vida mientras lo recorría. Nunca había sido alguien muy sociable, me abrumaba tanta gente a mi alrededor. Llegue a las escaleras, hacia abajo el gran salón principal.

Los invitados seguían llegando. Como un chorro imparable de brea, lo cubrían todo, con sus equipajes voluminosos y sus criados estresados. Hacia arriba, el tercer piso, mi destino inicial. Subí un escalón y me detuve.

Arthur ya estaba aquí, sus hijos, mis amigos, no lo sabían. Conociendo su dinámica familiar sería una sorpresa amarga encontrárselo rondando por ahí, o aún peor, que se cruzara con Stella. Apreté mis labios decidiendo que hacer, mi puño golpeaba despacio la baranda de madera. "Tengo que ser una buena amiga, Casiopea puede esperar"

Me giré y corrí escaleras abajo, salí a la galería y caminé a paso rápido hasta el invernadero. Al entrar todos seguían en la misma posición que como los había dejado, pero ¿dónde estaba Jasper?

- ¿Scar? ¿Qué pasa? -preguntó muy amistoso Finley, quién al parecer también estaba allí.

-Tu padre-miré a Royse-está aquí.

- ¿Cómo? ¿Ya? -abrió grandes los ojos mí, mi amiga.

-Así es, lo vi, tuve que llevar sus cosas a la habitación 15. Supuse que no era una sorpresa que les fuera a agradar.

La muchacha de cabello oscuro se apoyó de espaldas en la mesa de metal, escondiendo su rostro en sus manos. Nadie habló. Incluso dejamos de respirar. La tensión en el lugar era asfixiante.

(2º Libro) De Regreso al ArmarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora