"Lazo Express"

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Fui yo quien encontró a la señora Stella Alden, rodeada de un pequeño círculo de personas y criaturas interesados en su investigación. Nos acercamos con cautela hasta integrarnos en el público reducido de la improvisada conferencia.

- Jasper, hijo mío... -lo saludó su madre cuando su discurso dio fin, seguido de algunos aplausos.

- Madre...ella es Scarlett Howe -se apresuró a presentarme él.

- Oí de los invitados dorados de su majestad, un placer, señorita Howe -me estrechó la mano la notable científica.

- El placer es mío, por favor digame Scarlett -contesté.

- No será necesario, si tu me llamas Doctora Alden yo te dire señorita Howe, el respeto debe ser mutuo.

"Yo nunca le dije doctora" pensé para mis adentros. Miré a Jasper y el me sonrió, casi disculpándose.

- ¿Qué asuntos trae a los Howe de vuelta a Narnia? -preguntó Stella.

- Créame, a mí también me gustaría saber -mi pequeño comentario la hizo reir, punto a mi favor.

De inmediato, y no sé cómo, saltamos de vuelta a una conversación sobre su trabajo. Entonces yo solo podía alagarla y asentir, porque mucho no comprendía. Por suerte, personas como ella nunca te notan del todo, así que yo me concentré en ubicar a Lewis y Royse.

No pude encontrarlos, pero sí visualicé a Adda y Finley. Bailaban entre la multitud al rápido ritmo de la banda.

- Le agradezco que comparta conmigo su gran conocimiento, pero mi pobre intelecto solo podría aspirar a entenderla. Si me disculpa, me gustaría bailar con su hijo -interrumpí a Stella lo más respetuosamente que pude.

Tanto ella como el mismo Jasper se sorprendieron. La científica me asintió confundida y yo arrastre a mi acompañante hasta la pista, cerca de mi prima, pero no tanto, para que no me viera. La vigilé mientras bailaba sin pensarlo, después de todo, los bailes antiguos eran todos iguales.

- Eres buena para manejar a personas difíciles -comentó Jasper de pronto.

- ¿Qué? -pregunté, aunque lo hubiera escuchado, ya que estaba distraída.

- Manejaste genial a mi madre.

- Ah sí, tengo algo de experiencia -comenté, Adda se reía, poco, pero lo hacía.

- Scar...

- ¿Sí?

- ¡Scar! -levantó apenas la vos Jasper.

Logró lo que quería, recuperó mi atención. Al verlo bien noté que tenía una expresión algo apagada.

- ¿Dónde estás Scar? -preguntó, deteniéndonos en medio de la pista de baile.

- Aquí, Jasper...

- No, no es cierto.

Por fin me di cuenta de lo que estaba haciendo. Me sentí una mala persona y una mala amiga.

- Lo siento, tienes razón -me disculpé.

- Vamos, busquemos unos tragos y me dices que te ocurre.

Su sonrisa fue tan dulce que lo seguí, buscamos unas copas y una botella de algo burbujeante, similar al champagne. Hacia las paredes estaban ubicadas las mesas, largas y muy decoradas.

- Aquí están nuestros lugares -indicó él.

Todos los cubiertos eran de plata brillante, y la bajilla seguía con el tema plateado. Nuestros nombres bordados con azul metálico en dos servilletas marcaban nuestros asientos. Jasper destapó la bebida y se sentó.

(2º Libro) De Regreso al ArmarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora