Me preocupaba que Finley estuviera en el castillo todavía. Era posible que hubiera estado en una sala contigua o cercana a donde yo estaba todos estos días. Un escalofrío me recorrió y no quise estar sola.
Llegué a la biblioteca, donde Adda estudiaba unos mapas sobre la mesa. Más cerca de las paredes llenas de libros estaban Lewis y Preeda, en medio de una lección.
Preferí esperar a que terminaran para contarles lo que había averiguado. Mientras tanto, me dirigí a la pila de libros junto a mi prima y tomé el que me interesaba.
-Puedo verlo solo un momento-le pregunté.
- ¿Cuál es? -me respondió ella levantando la vista un instante de sus mapas.
-Enciclopedia volumen 3: Tierras Bajas.
-Eh, si puedes.
La caligrafía era antigua, retorcida con curvas en colores tierra. Al principio había una breve reseña sobre el autor, que en verdad no me interesaba.
Busqué un asiento cómodo y me tumbé. La primera página del tomo mostraba un mapa del sur de Narnia, lleno de referencias poco relevantes. Hubo páginas y páginas que hablaban sobre las valiosas especies del reino.
Luego, tuvo lugar un extenso estudio sobre la población y porque se ordenaba de cierta manera en el territorio. Me interesó mucho un museo histórico en un antiguo castillo en la cima de una alta montaña. Lo llamaban Cabeza de Tormenta, porque casi siempre estaba rodeado por fuertes temporales llenos de actividad eléctrica.
Por una coincidencia, de las que te hacen confiar en el destino me detuve en un título en particular. Quintas de Norton, un pueblo ganadero cerca de Archenland, pasé por alto toda la información, hasta llegar a los personajes históricas que habían vivido allí.
En una letra muy pequeña describían a la autora Emma Emma como una mente brillante pero perdida. Su pueblo natal casi que se avergonzaba de ella y al parecer no estaba escrito a donde se había mudado.
Iba obteniendo pequeños avances, pero nada significativo. Capaz estaba demasiado centrada en eso. Tenía que distraerme. Devolví el libro a la pila de la cual lo había quitado y me acerqué a la ventana.
Luego de las murallas que rodeaban Cair Paravel se alcanzaban a ver los coloridos techos de las casas. De pronto se me antojó bajar a pasear por los Carparilenos.
- ¿Alguno quiere ir a pasear por el pueblo? -pregunté, pero al girar cada uno seguía interno en sus tareas.
-Quizás luego Scar- me respondió al rato Lewis.
No quería ir sola, pero quería ir en ese momento. Asentí y salí a los pasillos. Mientras caminaba apretaba los puños y miraba todo el tiempo hacia atrás. Tal vez encontraría a Hoyt, o Vlad.
Pero mi suerte no fue así. Al llegar a la puerta principal del salón de fiestas no me había cruzado a nadie conocido. Salí al patio de armas. El día estaba despejado, con poca actividad allí delante.
Hacia mi izquierda, un poco más lejos, observé a mis compañeros todavía entrenando. El general debía estar tratando de que perfeccionaran su técnica con el arco y flecha.
Todavía no me explicaba mi habilidad nata, pero tampoco me quejaba. Prefería penar que era de familia.
Tragué saliva y a pasos largos llegué a las rejas abiertas que daban a los Carparilenos. Podía ir sola, Finley estaba en el Castillo, no allí afuera, además, ¿cuándo me había molestado estar sola?
Crucé el puente y pronto me encontré en las calles del pueblo, durante un mediodía cotidiano. Del interior de los hogares, por las ventanas, me llegaban aromas deliciosos. Además de aireadas voces. La gente allí era diferente a lo que había visto en el resto del reino.
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(2º Libro) De Regreso al Armario
FantasiCon un nuevo punto de vista de la historia, Scarlett llega al mundo de Narnia. Va en busca de respuestas, pero ¿y si lo único que encuentra son más dudas y problemas? ••• Scarlett, Lewis, Adda y Mirko llegan a Narnia siguiendo la curiosidad por la v...