2 de Noviembre

632 83 3
                                    

Estos últimos días el trabajo se ha incrementado tanto que solamente llego a casa a dormir y darme un buen baño. Ni siquiera me ha dado tiempo de limpiar un poco mi pieza... está hecha un desastre. Suerte que siempre tengo a la mano mi diario, de otra manera estaría ahora perdido debajo de toda esa ropa sobre la cama o debajo de ella.

Ria me ha confesado que fue ella quien convenció a Tom de que me buscara... después de haberlea bofeteado un par de veces y de gritarle.

— No debiste hacerlo...
— Alguien tenía que hacerle entender que tiene que luchar por alguien que lo ama o terminará solo. —cruzó los brazos, dibujando una pequeña mueca de molestia mientras desviaba la mirada.

No pude hacer otra cosa que sonreír leve y abrazarla. Le podía perdonar eso, porque fue la que nos volvió a unir. Y yo estaba feliz... sumamente feliz.

En éstos días Tom pasaba a recogerme y en ocaciones hasta se quedaba a ver algunas de mis sesiones de fotos, sonriendo y dándome ánimos. Me abrazaba largo tiempo durante mis descanzos y siempre susurraba palabras hermosas a mi oído, haciéndome sonrojar.

Hoy, él regresa a casa. No vivimos para nada cerca, y las veces que nos vemos es cuando alguno de los dos tiene días libres y viajamos hasta donde se encuentra el otro. Es... la mitad de la relación es a distancia... pero no importa. Me ama... me ha dicho que me ama y eso es suficiente para mi.

— Prometo estar en contacto a diario, bebé.
— Si no puedes, entenderé, Tomi. Tienes trabajo y los estudios...
— Te escribiré y llamaré a diario, ¿de acuerdo? 

Asentí recibiendo un dulce beso de su parte.

Se despidió de Ria y de Georg (si, inclusive él nos había acompañado. Él y Tom se llevan bien; no sabe nada de la razón por la que nos alejamos, pero sabe que regresamos y está feliz por mi) con un abrazo y un apretón de manos. Pidió que me cuidaran y se alejó, subiendo al avión que lo llevaría al extremo contrario del país.

Suspiré al ver cómo su vuelo cruzaba el cielo, dibujando una media sonrisa. Diciéndome a mi mismo que las cosas irían bien ahora y que pronto volvería a verlo.

Diario de un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora