Eugene? Santuario?

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Había pasado unas 2 semanas desde que ocurrió todo. Fueron dos semanas intensas, aprendí a cazar con la ballesta de Daryl, aprendí a vivir con personas muy diferentes a mi. Hemos estado viviendo en esa pequeña cabaña. Somos ordenados...

Recuerdo:

- Rosita agarraste mi sostén???.- Dijo Tara gritando por la casa.

Fin del Recuerdo.

Bueno... No tan ordenados pero lo llevamos bien. Vivimos en armonía...

Recuerdo:

- MALDITO CHINO, ME PARTISTE UNA FLECHA.- Dijo Daryl mientras corría por toda la casa detrás de Glenn.

- No fui yo, fue Ale, MAMAAAAAA.- Dijo Glenn culpandome.

- Mentiroso.- Susurré sonriendo.

Fin del Recuerdo:

Esta bien... Somos muy complicados  pero nos entendemos y estamos ayudándonos a sanar. Con el tema de Carl, me sigue doliendo como el primer día, siempre me dolerá, de igual forma quiero ayudar a los demás a sanar ese vacío que dejaron los del grupo en nosotros.

Ahorita estábamos todos de camino a una tienda que está cerca de aquí. Llegamos y estaba intacta.

- Llenen todas las mochilas.- Dijo Daryl mientras metía comida en su mochila negra.

- ALE tu sección está llena.- Dijo Tara del otro lado del estante.

- Líbranos señor.- Dijo Glenn con gracia. Corrí a dónde estaba Tara y vi el estante lleno de dulces.- Hay chocolate con fresa?.- Preguntó el Chino por su chocolate favorito.

- Si señor.- Dije metiendo muchos chocolates de fresa en mi mochila. Iba metiendo todo tipo de chocolate hasta que mi mano paró a un chocolate de maní, sonreí nostálgica al recordar a quien le gustaba esos chocolates.

- Que pasa?.- Pregunta Glenn al verme en el piso con el chocolate en la mano.

- A mamá gansa le gustaba este chocolate.- Dije recordando.

- Mamá gansa?.- Preguntó.

- Rick.- Dije.

- Por que mamá gansa?.- Preguntó Rosita.

- Por que las mamás ganas se preocupan hasta por los que no son sus hijos.- Dije riendome.

- Buen apodo.- Dijo Daryl.

- AYUDAAAA.- Gritó alguien. Todos nos paramos y apuntamos a la entrada de la tienda. Entró un hombre de espaldas.

- Quédate quieto y por las manos en la cabeza.- Dijo Daryl.

- Daryl?.- Dijo esta persona volteandose.

- Eugene?.- Preguntamos todos. Eugene me miró.

- Ale?.- Preguntó sorprendido.

- Eugene?.- Pregunté sin creerme.

- Estás viva?.- Preguntó él.

- No sé, tu dime.- Dije sarcástica.- Espera, como sobrevivientes?.- Pregunté.

- Hay muchas cosas que deberían saber.- Dijo él sorprendido.

- Deja de jugar al inteligente y habla.- Dijo Daryl.

- Pensamos que estabas muerta.- Dijo Eugene viéndome.

- Pensamos? Como que que pensamos?.- Preguntó Glenn.

- Los demás salieron vivos.- Dijo él.- Están en el santuario. Se formó un silencio. Todos estábamos procesando esa noticia.

- Santuario?.- Preguntamos todos.

- Si, vinimos unos salvadores Aarón y yo a buscarlos, todos los días sale un grupo de personas a buscarlos a cierta hora.- Dijo él.- Lindo sombrero por cierto.- Dijo Eugene viéndome. Baje la cabeza. Él suspiró asombrado.

- Que?.- Preguntó Tara.

- Él piensa que estás muerta Ale.- Dijo viéndome asombrado.

- Él? Quien?.- Pregunté con curiosidad.

- Tienes que venir, tienen que venir todos.- Dijo el encaminandose a la puerta. Lo seguimos y vimos 9 salvadores más.

- Ale?.- Preguntó Aarón.

- La misma.- Dije abrazandolo.

- Pensé que estabas muerta.- Dijo.

- Auch.- Dije.

- Vámonos chicos, misión cumplida.- Dijo un Salvador.

Nos subimos a unos autos y partimos hacia ese santuario. Una salvadora estaba al lado mío, era rubia y tenía un tatuaje en el cuello.

- Quieres un chocolate?.- Le pregunté a la salvadora.

- Tengo años sin comer chocolate.- Dijo con una sonrisa. Le di un chocolate y vi como sus ojos brillaron al saborear el dulce y exquisito sabor del chocolate.

- Gracias Scoot.- Dijo ella.

- Ale.- Dije diciéndole que me llamara así.

- Llegamos.- Dijo el salvador que manejaba.- Bienvenidos al santuario.- Terminó de decir.

Era como un edificio abandonado y en la entrada estaba mi padre viendo a un punto fijo, estaba perdido en sus pensamientos. El auto paró lejos de él y fuimos bajando.

- Negan, trajimos un regalo para ti.- Dijo un Salvador sonriendo. Salí detrás de el auto. Vi como el voltea sin interés a donde nos encontramos, cuando me vio vi en sus ojos un brillo, vi como el miraba asombrado y poco a poco se le iban cristalizando los ojos.

- Ale?.- Dijo con la voz entrecortada.

- La misma.- Dije con una sonrisa e igual con la voz casi inaudible.

"Entre tanta mierda encontré a mi padre"

Y fue el peor error que cometí (Carl Grimes Y Tu) 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora