Emma decidió que era el momento de hablarle con la verdad, y todo pasaba por anular la maldita apuesta con su amigo, nunca pensó que un simple beso le hiciera sentir tantas cosas.
– ¿Qué es eso de la apuesta?- Preguntó Regina muy confundida.
– Hice una apuesta con mi compañero, apostamos que era capaz de conquistarte y si lo hacía me haría el papeleo durante un tiempo.- Dijo Emma agachando la cabeza avergonzada por lo sucedido.
– ¿Me estás diciendo que todo esto es parte de una apuesta?- La morena se levantó rápidamente del banco y se giró para marcharse cuando la mano de la rubia se aferró a su brazo. Regina se giró y le dio una bofetada que dejó la mejilla de la detective colorada.
– Eso me lo merecía, pero te lo he contado porque lo siento. Porque pensé que sólo querías jugar conmigo y porque no pensé que sentiría lo que he sentido al besarte.- Emma soltó abruptamente pero si retirar una de su manos del brazo de Regina y la otra de su mejilla.
– Es una manipuladora. No te vuelvas a acercar a mí.- Dijo Regina alejándose de ella sin mirar atrás.
Emma se quedó sola en el parque lamentándose por la gran estupidez que acababa de cometer. Ese beso había sido distinto y había hecho daño a una mujer que ya estaba sufriendo se sentía realmente mal pero no podía perseguirla sabía que eso sólo empeoraría las cosas.
Emma se marchó a su apartamento pero no podía sacarse de la cabeza lo mal que se había portado con Regina, ella no merecía eso y tenía que disculparse así que llamo a su comisaria.
– Susi. ¿Me puedes hacer un favor?- Peguntó suavemente Emma a una de las policías que habían entrado de prácticas ese año.
– Si, dígame que necesita, Detective.- Respondió la policía algo nerviosa.
– Búscame la dirección de la psicóloga Regina Mills. Es urgente.
– Está bien. Dame 5 minutos y le mando un sms con la dirección.
– Muchas gracias.
Emma colgó y volvió a ponerse sus vaqueros y su camisa para salir a buscarla, sabía que estaba abusando de su poder como detective pero merecía la pena. Regina había demostrado que merecía cualquier cosa.
A la media hora, Emma llegó al gran bloque de edificios de la morena y por un momento dudo si realmente debería entrar o simplemente tenía que irse y dejarla ser feliz. Pero justo cuando estaba dándose la vuelta para marchase escucho la voz de la morena a su espalda.
– Vamos Ronald. Dame la mano, sabes que no me gusta que andes sólo por la calle.- Decía la psicóloga dulcemente.
Emma se giró sobre sí misma y la imagen que le quedó fue una auténtica maravilla, la morena sonriendo alegremente, con un fabuloso chándal y cogiendo a un niño en sus brazos que reía con ella. Por un momento le entró el miedo y quería irse pero sabía que la cobardía no era parte de ella, por lo que se armó de valor y se acercó a ella.
– Buenas tardes, Regina.- Dijo con la voz temblorosa mientras que Regina se giraba sobre sí misma y se quedaba bastante sorprendida tanto que no supo que contestar.
– Tita Regina. ¿Es tu amiga o tu novia?- Dijo alegremente el niño, cortando el silencio pero haciendo que la situación se pusiese mucho más tensa.
– Hola pequeño, soy Emma Swan. ¿Cómo te llamas?- Preguntó al niño viendo que sería la única manera de romper ese silencio.

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Caos
FanfictionRegina Mills es una gran psicóloga en proceso de divorcio y bastante dolida con su ruptura. Por su parte Emma es una detective de homicidios metida en problemas debido al reciente fallecimiento de su madre. Ambas se encontraran y... ¿Podrán estar ju...