Capítulo 21

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El móvil de Emma vibró sobre la mesita de noche y la despertó sobresaltándola. Se levantó lentamente intentando no despertar a la morena que dormía a su lado.

- ¡Swan!

- Hola cariño. He decidió daros el día libre, yo iré a la oficina y me encargaré de revisar unos documentos y luego me iré a casa. Es domingo no podemos hacer demasiadas cosas.- Dijo David bastante relajado.

- Yo te ayudo, papa. No quiero que cargues con todo tú.

- No te preocupes, sólo revisaré alguna cosas. ¿Quieres que almorcemos juntos?- Preguntó David sin saber que le iba a decir su hija.

- Claro. Avísame cuando salgas de la comisaria y nos vemos en mi casa.- Respondió la rubia sonriendo y bastante tranquila.

- Perfecto. He llamado a Killian y a Graham les he dicho lo mismo. El lunes os pongo al día.- David colgó tras despedirse de su hija.

¿Quién era?- Dijo Regina con la voz adormilada.

Es mi padre, nos ha dado el día libre.- Respondió Emma sonriendo y volviendo a acostarse al lado de la morena.

Esa es una gran noticia. Podemos quedarnos aquí todo el día.- Dijo Regina sonriendo y girándose para mirarla a los ojos.

Me gusta la idea aunque voy a ir a comer con mi padre, ha estado muy sólo últimamente.- Dijo Emma dejando notar la tristeza que eso le producía.

Está bien. Pero podemos desayunar tranquilamente.- Regina se acercó un poco más a la rubia y la besó.

Si, desayunar...

Emma empezó a besar el cuello de la morena y a acariciar todo su cuerpo, pero fue Regina la que hizo un movimiento brusco y dejó a Emma debajo de ella. Posó sus labios en el cuello y empezó a bajar lentamente, justo cuando iba a llegar al abdomen de la rubia su timbre sonó.

No abras...- Dijo Emma metiendo sus dedos en la cabellera de la morena para que no parase.

Es Ruby... lo había olvidado.- Regina se levantó un poco y miro a Emma algo nerviosa.

Mierda... ¿Qué hacemos?- Dijo Emma al ver la mirada de la morena.

Vamos a vestirnos y desayunamos con ella, no hay escapatoria y no te voy a meter en el armario.- Regina se rio ante su propia broma.

Muy graciosa, morena.- Dijo Emma viendo cómo Regina se levantaba desnuda y comenzaba a dar vueltas por su habitación buscando su ropa.- ¿Estas segura que no quieres que nos quedemos aquí?- Emma no podía evitar el calor que se había apoderado de su cuerpo.

Ruby no dejara de tocar hasta que abra... y cuanto más tardemos más motivos le daremos para que nos interrogue.- Dijo riendo al ver la cara de susto de la rubia.

Mierda... creo que me gustaría meterme en ese armario.- Emma le sonrió también.

Emma se levantó al ver la mirada de desaprobación de la psicóloga y se puso a buscar su ropa con desesperación pero sólo encontró sus bragas y su sujetador.

¿Dónde está mi ropa?- Preguntó a la morena que ya estaba vestida.

En la cocina.- Dijo riendo al recordar lo que había pasado.

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