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Eva

12:30. A esa hora desperté, y no era nada normal en mí, ya que siempre había sido muy madrugadora.

Imagino que fue el efecto de la música retumbando en mi cabeza durante largas horas.

Mi amiga Anne ya se había despertado hace un rato, sinceramente no me extraña, con todo lo que durmió.

- Buenos días. - Sonrió al verme despierta y besa mi cabeza cariñosamente, como de costumbre.

Emití un pequeño ruido adormilada cuando siento sus labios en mi frente.

- Buenos días. - Dije con el mismo tono y me rasqué ambos ojos, aún medio pegados por el sueño profundo.

- ¿Has dormido bien? - Me preguntó mientras su brazo se estiraba para dejar su móvil a un lado de la cama y atenderme.

- Pues no mucho. A las cuatro menos cuarto aún estaba despierta.

- Es que normal, vaya música tenían. - Dijo algo apenada, soltando un suspiro leve.

Asentí soltando otro suspiro casi al unísono.

- Hugo me pidió perdón. - Confesé, mirando aún a mi amiga.

- Qué raro. - Hace un mohín. - A lo mejor fue el alcohol.

- Pues seguramente, porque tenía los ojos hundidísimos.

Asintió y vi como su mirada se fijó en la sudadera que aún llevo puesta, ella ríe un poco.

- ¿Regalo de disculpa?

Yo entrecerré un poco los ojos al no entender qué me está preguntando la de rizos, hasta que miro mis mangas y entendí.

- Ah, sí. Me la dio ayer, hacía frío.

- ¿Te la quedarás?

- Puede, me gusta. - Emití una risa leve mirando ambas mangas.

- Ese es capaz de venir a por ella. - Bromeó mi amiga entre risas.

- Pf, pues seguramente, pero bueno, la oculto bien. - Guiñé un ojo riendo y llevé las mangas hasta mis puños, agarrándolas para que no se movieran del sitio y mantenerme abrigada.

- Eso es. - Ríe y se levanta para poder estirarse. - ¿Tienes galletas Príncipe? - Me sonrió dulce, la típica carita de cocodrilo para pedirme cosas.

- ¿Aún sigues comiendo esas galletas? - Reí alzando ambas cejas.

Lleva comiendo las mismas galletas desde que la conozco, increíble.

- Obviamente. Imagina cambiar las mejores galletas del mercado.

- No son las mejores, acéptalo. - Reí para picarla mientras negaba y me levanté de la cama.

- Pero tú tienes mal gusto.

- Ajá, no te escucho. - Alargo la O mientras tapo mis oídos con mis manos, para hacerle burla, mientras salía a paso rápido de la habitación.

- ¡Oye! - Corrió detrás de mí riendo.

Para nuestra sorpresa, nos topamos con Hugo, de frente, justamente. Acto que hizo que me cayera y Anne se caiga detrás de mí.

Él se mantiene serio y alzó una ceja. Está con resaca seguro, pues iba con una bata que nunca le había visto, y sinceramente, estaba bastante gracioso.

- ¡Perdón! - Rió mi amiga y se levantó sin dificultad. No tiene vergüenza para nada, ni para enfrentarse a Hugo de frente, lo contrario a mí, que solo me sale hacerlo cuando me apetece, y ahora mismo con resaca no era lo que más quería.

Etéreo | Eva & Hugo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora