Eva
Si alguien me dijera que si he dejado de vivir con Hugo me lo creería.
Han pasado tres días.
Tres días del momento que no soy capaz de sacar de mi cabeza. Y aún sigo en duda de si quiero sacarlo definitivamente y soltarlo o no dejarlo ir.
No me habla, no me mira apenas; y su indiferencia me quema.
Me ha desordenado todos los guiones que podría tener escritos sobre mi relación con Flavio y sobre todo lo que englobaba a mis sentimientos.
No fueron normales las 800 emociones — aproximadamente — que sentí con aquel contacto.
Intenté esquivar al moreno, pero vi que era una tontería seguir alargando algo que en cualquier momento iba a salir a la luz; ya sea porque viaja por mi mente cada dos minutos o por cualquier otra razón.
Así que decidí llamar a mi actual novio por fin.
— Eva, ¿estás bien? — El nerviosismo se notaba en su tono de voz, yo solo tragué saliva.
— Sí, tranquilo, está todo bien. He estado muy liada con mi familia y cosas así que ni he estado pendiente al móvil. Lo siento. — Miré mis manos mientras iba escupiendo excusas al teléfono que tenía enfrente, intentando que sonara creíble.
— ¿Nos vemos hoy? ¿Te apetece? Voy a tu casa si quieres.
— Em... No. Mejor quedamos esta noche y cenamos algo, ¿sí?
— Vale, perfecto, genial. — Soltó una pequeña risa ilusionada. — Adiós, cariño.
— Adiós, Flavio. — Sonreí levemente a la nada y colgué.
Respiré profundamente y me pasé las manos por el pelo imaginando todo lo que se venía en la cena que iba a tener hoy.
Me levanté de mi cama y salí de mi habitación para bajar descalza —como de costumbre— al salón.
Allí estaba la persona que me imaginé que estaría, pero no solo. Estaba Anaju con él.
Hice una mueca inconsciente —creo que de asco— y me dirigí a la cocina sin dirigirle otra mirada más.
— Buenos días. — Saludé a Ana.
— ¡Buenos días! — Sonrió ella. — Anda corre, desayuna que vas a llegar tarde a clase. — Me extendió un plato de tostadas y yo lo cogí sonriente.
— Gracias, Ana. — Permanecí con la sonrisa estática y empecé a comer.
— Supongo que Hugo podrá llevarte a clase. — Dijo mientras se disponía a fregar los platos que quedaban detrás de ella, justo donde estaba el fregadero.
Yo abrí de más los ojos mientras mordía la tostada.
— No lo creo.
— ¿Por? Si siempre acaba cogiendo mi coche. — Soltó una risa leve.
— No sé, a lo mejor es molestia.
— Que va, chiquilla. ¡Hugo! — Alzó la voz para llamar a su hijo.
Tragué saliva pesadamente al asumir que tenía que enfrentarme a él y no tendría más remedio.
El rubio entró con el pelo alborotado y sin camiseta, como suele estar.
— Dime. — Se apoyó justo en la encimera donde estaba yo comiendo, fingiendo que yo no estaba ahí.
— ¿A que llevas a Eva a clase?
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Etéreo | Eva & Hugo.
FanfictionETÉREO: "extremadamente delicado y ligero, algo fuera de este mundo." «-Tú y yo no podemos estar juntos, nos haremos daño. - ¿Y si nos dejamos llevar?» Dos personalidades distintas, unidas por un matrimonio externo que ninguno de los dos celebra. É...