16

632 45 9
                                    

Narra Eva

La tarde llegó y yo ya estaba lista para irme con Anne al sitio donde habíamos quedado. Para mi sorpresa, me preparé muy temprano para lo que lo suelo hacer y parecía que no llegaría tarde.

Salí de mi casa y avancé a paso moderado hacia la cafetería, donde supuse que ya estaría mi amiga esperando o acabada de llegar.

No quedaba muy lejos de mi casa así que no tuve problemas de ningún tipo para llegar bien.

Al llegar, mi amiga Anne ya estaba allí y sonreí al verla.

— Buenas. — Me dijo la de rizos sonriendo, me acerqué a ella y nos abrazamos. — Hay muchas mesas libres, ¿eliges?

— Eh... Esa, mismo. — Señalé una que se encontraba más apartada que las demás, me sentía mucho más cómoda.

Fuimos las dos y nos sentamos una enfrente de la otra.

— Yo me pediré un batido de vainilla, ¿tú?

— Otro, ya sabes, sin lactosa. — Solté una pequeña risa y Anne también, se levantó y fue a pedir los dos batidos.

No tardó mucho en volver con los dos vasos.

— Muy majos, nos han puesto los nombres. Aunque a mí me han puesto una sola N. — Soltó una carcajada al percatarse de ese dato, y a mí también me entró la risa al ver el nombre escrito en el vaso.

— A partir de hoy eres Anne con una N.

— Sí, hombre, tus ganas. — Le dije mientras ambas seguíamos sin parar de reír.

— Dios mío. — Bebí aguantando la risa y al final nos acabamos calmando las dos. — Bueno... Al grano. Que para algo hemos quedado. ¿Cuál es el plan?

— Hablar con Gèrard. Contarle lo de Hugo y... Ya está.

— Vale. ¿Cómo lo vas a hacer? — Puse ambas de mis manos sobre la mesa para crear más intriga en el ambiente, aunque bromeando para que no fuera tan serio todo.

Anne pilló mi rollo e hizo el mismo gesto.

— Pienso, agente Barreiro, que voy a decírselo en persona.

— Genial, agente Lukin.

— Basta, Eva. — Anne soltó una carcajada y bebió de su batido. — Seriedad.

— Eso. Seriedad. — Carraspeé para no volver a reír y bebí un poco de mi batido. — Se lo va a tomar fatal.

— Lo sé, y no me merezco que me perdone. Al fin y al cabo yo también estaba cansada de eso y nunca le dije nada.

— Tía y lo entiendo, sé que me puse como una fiera contigo, pero al fin y al cabo entendí que esas cosas pasan. — Miré mi vaso mostrando mi arrepentimiento por las palabras que le dirigí a mi amiga días antes. — No siempre se puede estar con una persona, y aunque suene feo eso de “cansarte”, hay veces que se cumple y es cuando no puedes más con algo.

— Exacto... Es justo eso, y era lo que yo sentía. Y siento si mis palabras no fueron las correctas, y entendí tu punto obviamente, así que disculpas aceptadas.

— Y las tuyas también lo están. — Ambas nos dedicamos una sonrisa leve pero sincera.

— ¿Crees que es buen momento para llamarle?

— Sí, Anne, hazlo. — Le respondí con seguridad.

Gèrard llegó al rato de que recibiera la llamada de Anne, su expresión era preocupada, y eso fue algo que me sentó muy mal.

Etéreo | Eva & Hugo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora