You're Dead Meat

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Titulo III El Mecanismo Celestial

Capítulo 24 You´re Dead Meat.

Ambos caminaban entre los árboles, la negrura de la noche se había acentuado, en esa oscuridad que precede el alba. Estaban tomados de la mano, con los dedos entrelazados, en silencio, disfrutando de un insólito momento de paz entre ellos.

Inauditamente, después de una feroz batalla en donde por poco habían perdido la vida, los dos estaban tranquilos, disfrutando respirar. Siempre era así, sentirse aliviados por permanecer de una pieza después de luchar había sido la consecuencia natural de ser mortifagos, ahora no lo eran ciertamente, la balanza se había inclinado a favor de Harry Potter y se había perdido la guerra hacia tiempo. Pero la emoción de sobrevivir el día todavía seguía allí en sus corazones.

Guerreros una vez, guerreros por siempre.

Mientras recorrían el bosque, Theo observaba todo a su alrededor con interés, estaba oscuro, pero sus ojos apreciaban los escasos colores de la vegetación que aún sobrevivía el invierno, el marrón de la corteza de los árboles, el verde de algunas hojas, lo blanco de la nieve, sus sentidos se habían agudizados al renacer, percibía el tacto de la piel caliente de Pansy sobre la suya como una braza ardiente, sin embargo su suavidad lo fascinaba, su aroma le llenaba las fosas nasales, incluso podía escuchar los latidos de su corazón, era extraño pero a la vez reconfortante. Irónicamente, él que nunca había prestado atención a esos detalles anteriormente, que era incapaz de sentirse feliz por algo, se hallaba cómodo de alguna forma. Si, muchas cosas habían cambiado.

Llegaron a un descampado, ella liberó su mano de la de él y cruzó ambos brazos sobre su pecho, la madrugada era fría, ella a pesar del abrigo estaba helada. Le dio la espalda y contempló la luna, que ya estaba casi sobre el poniente, el fin de la noche había llegado. Pansy respiró profundo dándose valor y visto que Theo permanecía inmóvil y callado observándola, decidió hablar

-¿Recuerdas cuando murió la abuela?- dijo ella en un susurro.

-Éramos unos crios- dijo Theo apoyando su espalda contra un árbol y metiéndose las manos en los bolsillos. Fijó su mirada en ella, alta, esbelta orgullosa, decidida y bella como una princesa de cuentos de hadas, desde hacia varios días se recreaba observándola a escondidas como un chiquillo embobado, sintiendo una punzada en su pecho, tantos sentimientos, tantas emociones olvidadas, desterradas, ahora abriéndose camino en su endurecido corazón. Theo hizo algo que pocas veces hacia, se dejó envolver por el aura de serenidad que ella inauditamente le estaba ofreciendo.

-Teníamos…..-comentó Pansy.

-Cinco años….justo la edad que tiene Maximiliam- continuó Theo- espero sinceramente que él tenga la oportunidad de vivir una vida muy diferente a la que tuvimos nosotros.

-Los recuerdos se me confunden, son borrosos a veces- dijo ella- son mas sentimientos que otra cosa después de tantos años, solo se que fue la primera vez que vi a alguien muerto.

-También fue la mía- dijo Theo carraspeando, se revolvió un momento incomodo- Pansy, no es agradable hablar de ese tema para mi, Ingrid Nott, nuestra abuela, fue la única madre que conocí y no me duro mucho tiempo.

-Nunca me gusto ver un cadáver- dijo ella mirando el cielo estrellado.

-Hum-dijo Theo sin ganas de internarse en esa conversación, que había tomado derroteros muy distintos a lo que había supuesto- ciertamente son desagradables.

- Es irónico que después nos convirtiésemos en lo que fuimos-dijo Pansy.

-En lo que aun somos a pesar de todo- continúo Theo- mortifagos- Pansy asintió en silencio- si bien las circunstancias han cambiado, aun somos unos asesinos, yo hoy he matado a tres, tú a uno, Snape se encargó de Rodolphus Lestrange y Draco me hubiese cortado la cabeza sin dudarlo un segundo si no lo hubiesen detenido a tiempo. Potter, Weasley y Hermione no asesinaron a nadie, he allí la diferencia. Nosotros no dudamos en hacer lo necesario para conservar el pellejo, en mi caso….bueno, ya sabes como es y lo que siento al asesinar.

LOS ARTEFACTOS INFERNALES (por Jos Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora