Todos tus muertos

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Capitulo 31 Todos tus muertos

Perdóname, Ospina

Son las lápidas, las flores y los bustos

sólo adjetivos de la muerte:

muerte marmórea, muerte marchita,

pútrida olorosa muerte verdeante,

muerte de piedra desvanecida,

muerte laboriosa oscura,

muerte cerrada y sin salida

Un cuervo

0o0

-¿Están listos?- preguntó Godric Gryffindor- esto no va a ser fácil.

-Eso ya lo sabemos chico- dijo Slytherin con su mejor cara de pocos amigos.

Tomar la decisión, de hecho, no había sido fácil, pero en vista de que no tenían otra salida, decidieron hacerlo rápido. En la torre sur del castillo de Hogwarts el ambiente era expectante y opresivo. Quizás por eso, los protagonistas de tan singular evento lucían sus rostros desencajados. Todos allí habían probado su valentía de alguna u otra forma, pero no podían dejar de sentir miedo, a lo desconocido, a lo siniestro. El mal había llamado a sus puertas, uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, aquel que se autodenominaba Pestilencia, había hecho presencia, llamado por los Artefactos infernales. El destino…estaba en sus manos, tenían que tener la suficiente fuerza de voluntad para aceptar las consecuencias.

Pansy Parkinson y Rowena Ravenclaw estaban una frente a otra, cada una con sus espadas slayer en la mano. Draco estaba en una esquina, con su mirada de acero clavada en las dos mujeres, dos poderosas brujas, dos de los tres que quedaban de una raza ancestral al borde de la extinción, Slayers, asesinos de espíritus, los únicos sobre la faz de la tierra con el poder suficiente para convocarlos y enfrentarlos. Habían decidido acudir a los mensajeros, puesto que el asunto en si era tan complejo, que las respuestas solo las tenían ellos. Sin embargo, los mensajeros eran una clase especial de seres, entes que no les gustaba ser perturbados ni molestados, aun así, los necesitaban. Ellas tenía que tener éxito….Hermione dependía de ello, su hijo también.

Draco sintió de nuevo ese vacío en el pecho, esa sensación de culpabilidad que lo atormentaba, sus manos se contrajeron en puño y se apoyó contra un muro cerrando los ojos, el niño…su hijo…ella…toda la razón de su existencia de nuevo en peligro…no podía fallar…de ninguna manera podía hacerlo, los mensajeros tendrían que acudir. Aun así, entre la expectativa y la ansiedad que convocar a esos seres antiguos…en algún lugar de su cabeza, sus alarmas estaban activadas. La catástrofe al parecer estaba servida, en algún lugar de su consciencia Draco presentía que esos seres no acudirían al llamado de buen grado. Ese es quizás el problema con los poderosos y superdotados, jamás se puede obligarlos a nada y cuando se intenta hacerlo, las consecuencias generalmente son impredecibles. Quizás era un error y no era el único que lo pensaba así, pero no tenía otra salida.

-Esto no me gusta nada- dijo Rowena sintiendo repentinamente un escalofrío recorriéndole el cuerpo- tendremos problemas, lo se….lo presiento.

Pansy miró a Theo quien también estaba pegado a la pared en un extremo de la habitación, los temores eran valederos. Iban a llamar a los mensajeros y eso era un hecho inédito, no sabían si responderían y tampoco estaban seguros en que forma. Theo clavó su mirada en Pansy, infundiéndole confianza.

-Estoy aquí contigo- dijo él en voz alta sin importar que los demás escuchasen, de alguna manera sus palabras solo eran para ella- nada te dañará, lo juro.

LOS ARTEFACTOS INFERNALES (por Jos Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora