Prologo

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Prologo

Altas son las torres en donde permanece encerrado mi destino y mi esperanza. Indómito, el mar que mantiene confinado mi espíritu, capaz de una furia tan incontrolable como la de las olas que golpean una y otra vez los acantilados que rodean mi presidio, así como también de una quietud parecida a la de un lago de espejos. Solitario, el lugar en donde deberé de permanecer hasta que el último aliento salga de mi garganta.

Lo he analizado todo y he llegado a la conclusión más lógica y sin duda la más fácil. No voy a arrepentirme, no ahora, cuando alguien pudiese interpretarlo como si estuviese sucumbiendo a un momento de debilidad, no es fácil, no sujetarse como una naufrago a la única posibilidad que tengo de salir vivo de estas cuatro paredes. Otros lo han hecho, con diversos resultados. No dejare que me dobleguen o que me humillen confesando una versión distorsionada de la verdad, lo que todos quieren oír, para no tener pesadillas en la noche, para olvidar que la maldad puede existir en su estado mas primitivo en un solo hombre…………..y curiosamente………el amor mas puro también puede cohabitar en la misma persona.

No lo haré porque antes que nada, todavía sigo siendo un hombre integro, aunque mis actos no hablen muy bien de mi. Capaz de la violencia mas extrema y de la caricia mas tierna, así soy yo, impredecible, inexpugnable e inconmovible. Pero también soy un hombre que sabe afrontar las consecuencias de sus decisiones. No permitiré que una sola célula de mi cuerpo pida perdón, no así. La verdad mas absoluta es que soy culpable, la mas trágica, es que lo se y ya no me importa.

Casi nadie le encuentra sentido al genocidio, solo yo, nadie calcula con perfección lo que cuesta una vida, solo yo, nadie mata con tanta frialdad y precisión, solo yo. Lleve el registro cuidadosamente para Voldemort, nombres vacíos en una hoja de papel, un tratado sobre la muerte para quien tenga el estomago de leerlo. Y lo hice de esa forma, porque aunque suene contradictorio, respeto la vida humana, en las guerras hay bajas, daños colaterales, perdidos insensibles, pero todas y cada una no dejan de tener un significado, plasmo en el papel lo que nadie quiere saber, la historia detrás de un hecho, de un nombre. Paradójicamente he llorado por cada persona que he matado, derramado lagrimas de amargura por cada vida arrebatada por mi mano como un tributo a tal desperdicio. Me conmueve cada nombre, cada posibilidad tirada a la basura, mi sensibilidad literaria siempre ofreció un agudo contraste contra el asesino Mortifago, aunque parezca el delirio de un ser enloquecido, solo mí retorcida mente puede encontrarle la belleza a la muerte. Ese soy yo, un artista atormentado e incomprendido.

Fue necesario, aun sigue siendo necesario. El ganar al igual que perder, tiene su cuota de dolor. Y yo lo disecciono, lo desarmo, lo analizo en mi prodigiosa mente, lo desgarro hasta que no duela mas, lo incorporo a mi sistema hasta que deje de ser relevante. Y hasta ella fue victima de mi racionalización. Yo, el único ser humano que ha puesto cada cosa en su lugar, incluso el amor. Porque a diferencia de Voldemort, yo fui capaz alguna vez de sentir algo por alguien.

Por un fragmento de segundo dejo de ser una maquina y quisiera de nuevo ser un niño, solo por ella, quisiera de nuevo creer en cuentos de hadas, solo por ella, quisiera sentir este dolor, todo por ella …………………pero no puedo………ya es demasiado tarde. Y en el fondo, después de diez años, de todo lo que ha pasado, de todo lo hecho y lo vivido, a veces me encuentro preguntándome una y otra vez, ¿De veras quieres retroceder el pasado? Renunciar por quien le ofreciste todo y no te dio absolutamente nada, por quien huyo al no poder aceptar la cruel realidad de amar a su enemigo. Renunciar a tu cuota de poder por un sueño que no fue más que un espejismo, una ilusión. Abandonar todo por nada. No debería estar pensándolo de esa forma, pero en la soledad de mi celda no me queda mas nada. Solo ella.

Uno, dos, tres, cuatro.

Me entretengo contando los pasos que van desde la entrada a Azkaban hasta mi destino. Cada célula de mi cuerpo vibra desolada, porque voy a verlo de nuevo, después de algún tiempo, esta vez en condiciones muy distintas. No en un campo de batalla, no con el olor a muerte azotando mis fosas nasales, tampoco con su presencia haciéndome dudar de todo en lo que creo firmemente, estar frente a él sin estar peleando por mi vida, en todos los sentidos, me resulta extraño y fuera de lugar. Una y otra vez me negué, una y otra vez luchamos con todo el furor que se desata entre dos personas que se aman desesperadamente y se odian al mismo tiempo, todos estos años, rechacé huir con él, ser su mujer, cambiar de bando, aunque entre golpes de espadas y hechizos, me suplicó que corriese a su lado, cuando por un instante volvía a ser humano, al dejarse arropar por sus sentimientos, al sucumbir ante mi. Y no me arrepiento, jamás hubiese podido vivir en paz. Tenía y aun sigo teniendo el corazón fracturado en dos. Fue otro, el que me hizo su mujer y es otro con el que comparto mi vida. Pero es este el que azota mis sueños, el que me hace sentir una farsante cada vez que siento placer en los brazos de otro hombre.

LOS ARTEFACTOS INFERNALES (por Jos Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora