》Cap. 41《

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Decir que Johnny estaba nervioso estaba de más. Doyoung y Jeno estaban a su lado, dándole algo de comodidad. Estaba agradecido de que su hijo estuviera en sus brazos charlando y tratando de distraerlo. Trató de concentrarse en sus palabras, respondiéndole con risa y entusiasmo, pero aun así pensaba en la reunión. Y cuando su mente vagaba, su rodilla se movía a toda prisa.
      

Doyoung colocó su mano con la de Johnny, que se movía junto con su rodilla, dice suavemente -hey cálmate, amor.
   

Johnny sintió que un calor irradiaba por el toque del contrario y respiró hondo -Lo intentaré, gracias.
  

-¿Papá?- Jeno interfirió mirándolo.
   

Johnny se rió entre dientes -¿si, bebé?
  

-¿Qué le dijo el oso polar al pingüino?
   

John trató de pensar en una respuesta antes de decir -Hmm, no lo sé bebé. ¿Qué le dijo el oso polar al pingüino?
     

Jeno soltó un gritito -Te ves bella en tu traje, mi pequeña amiga.
     

John se rió de eso. Entonces Doyoung preguntó -¿Quién te dijo eso bebé?
    

-Tío Jaehyun- Jeno sonrió -¡El tío Jaehyun es increíble!
   

-Así que él...
     

-Señor. ¿Seo?- la secretaria lo llamó -La Dra. lo verá ahora.
       

John abrazó a su hijo y murmuró -Te amo, hijo.
     

Jeno sonrió y le dio un rápido beso en la mejilla -Te quiero, papá, ¿Vas al médico ahora?
     

El mayor se rió ante la pregunta de su hijo. Bueno, en verdad, era un hospital privado. Sonrió y depositó un último beso en la frente de éste -Sí, bebé. Deséame suerte.
    

Con eso, Johnny le entregó Jeno a Doyoung, quien solo asintió con la cabeza de manera alentadora.
    

-Estaremos aquí.
    

John sonrió e inconscientemente le dió un suave beso en los labios a Doyoung antes de levantarse y dirigirse hacia la sala de consejería. No vio al Doyoung completamente aturdido y enrojecido que había dejado atrás, por suerte.
     

La doctora lo miró desde su silla de cuero. Ella le sonrió, se puso de pie y saludando -Buenos días, señor Seo- le ofreció su mano para estrecharla.
    

John sonrió temblorosamente, estrechando la mano ofrecida -Buenos días, doctora.
    

Ella sonrió con un brillo de complicidad en sus ojos antes de hacer un gesto hacia el largo sofá de cuero opuesto a donde estaba sentada -Por favor, siéntese, señor Seo, siéntase cómodo.
     

Fue un completo silencio durante al menos un minuto. Johnny nervioso jugueteaba con sus dedos, incapaz de mirar directamente a los ojos de la doctora. Luego se aclaró la garganta -Gracias por atenderme hoy.
     

Ella sonrió -Bueno, John, estás aquí porque querías estarlo. Para darte un apoyo. ¿Ha sido fácil dar un paso tan grande hacia la curación?
    

Él se rió ligeramente, rascándose el lóbulo de la oreja -Um, no, no, no fue fácil.
     

Ella asintió comprensivamente -Entonces, dime primero, ¿qué te hizo querer buscar asesoramiento hoy?
    

-Quiero mejorar- respondió esperando que eso respondiera a su pregunta.
    

La doctora lo miró con curiosidad -Dime John, ¿Sientes que te vas a convertir en una mejor persona?
     

Our Son - JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora