Our Son - JohnDo

》Cap. 19《

John había llamado a Taeyong y le había transmitido su decisión sobre el divorcio. Éste sonaba un poco extático pero, una vez más, a él no le gustaba su esposa.
   
    

Después de la conversación telefónica, John decidió que necesitaba consuelo, así que regresó a la cocina. Bajó el dibujo de Jeno y se dirigió a la sala de estar. Aunque se sentó en el baño y solo estudió el dibujo.
    
   

Cuando sus ojos estudiaron las tres figuras de palos ondulados de él, Doyoung y Jeno, no pudo evitar preguntarse y preguntarse qué pasaría si la imagen habría sido una realidad. Habría estado allí para Doyoung, para Jeno en cada paso del camino. Y lamenta, profundamente, lo que le había hecho a su ex novio, todo el sufrimiento y el dolor.
    
   

Él podría haber tenido a Jeno después de su nacimiento. Qué tan pequeño hubiera sido su hijo en sus brazos.
   
   

Hubiera sido testigo de los hitos de su hijo, su primer diente, primer paso, primera palabra. Dios, no merecía la atención y el amor de su dulce hijo. Si solo supiera lo que papá realmente les hizo.
    
   

No se había dado cuenta de que había empezado a llorar. Se secó las lágrimas con furia, absolutamente disgustado consigo mismo. Era patético.
    
   

Él no merecía nada bueno y menos merecía el perdón de Doyoung.
   
     

Sabía que todavía estaba sufriendo. No hay forma de que no se sienta inseguro, desconsolado, dudoso y enojado. No, no cuando estaban enamorados y fue traicionado.
     
     

John sabía que Doyoung estaba levantando una fachada cuando estaba cerca. Sabía que solo estaba tratando de mantenerse positivo y fuerte por la felicidad de su bebé. Y no fue justo.
    
      

No, él no recibe un pase gratis, donde él es feliz y el otro no. Él sabe que cuando sea el momento adecuado, abordará el asunto. Sabía que iba a ser una conversación difícil y que se expresarían palabras o emociones duras, especialmente de Doyoung, pero tenía que hacerse.
   
     

Miró fijamente el dibujo. Dios cómo deseaba que esto fuera cierto o al menos que fuera verdad. Suspiró, sabía que era solo un sueño imposible. Dejó los pensamientos perjudiciales a un lado por el momento y solo sonrió ante el dibujo muy garabateado. Sin embargo era dulce que su hijo lo hubiera intentado. No era un tipo de dibujo de grado A, pero para su padre era el mejor, el más perfecto que jamás había encontrado. Él apreciaría esta magnífica obra de arte para la vida.
     
    
 

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- ¡Papá! - Jeno entró pateando en la cocina.
  
 

- Sí bebé -respondió.
    
   

Doyoung estaba haciendo una tarta de manzana que a su hijo le fascinaba. Algo que debe correr en la sangre, piensa. Johnny era exactamente igual.
    
    

Observó al pequeño sentado en la silla de caoba junto a la mesa del comedor. Había una mirada arrugada en los rasgos de su hijo mientras observaba a su papá arrodillar la masa.
   
   

Esa cara tenía a Doyoung preocupado, abandonó sus actividades, se lavó las manos y se secó antes de acomodarse en la silla junto a la de su hijo.
      
      

Estudió la mirada abatida de su hijo. Era muy raro que viera al pequeño Jeno luciendo molesto. Realmente lo estaba molestando. Él preguntó suavemente: -¿Qué pasa, bebé? ¿Por qué estás triste?