6- Cariño

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Ya pueden verlo.- Una doctora nos miró con curiosidad. Por aquí.- Nos guío hasta el asensor, al parecer Nadir pagó para que pusieran a Diego en una habitación VIP.

Nos abrió la puerta, ahí estaba, con la misma cara inexpresiva, con el cuerpo recto y cubierto con una cobija hasta su cintura.

Cubrí mi boca, esto no puede estar pasando.

Ni siquiera puedo llorar lágrima alguna.

Esta en un coma de segundo nivel, al parecer fue por una lesión cerebral traumática, los dejaré solos con el paciente, ¿Podrían llenar unas hojas? Saben papeleo.- La doctora se fue seguida de Nadir.

Roberto, este hospital sabe de nuestro trabajo, nos han apoyado siempre, no te preocupes.- Ari me tomó de la mano entrando juntos a la hermosa habitación.

Nos sentamos en un sillón de terciopelo beige.

Abril, no sé si pueda volver al trabajo.- Movía mi pierna izquierda nervioso, mi falda rebotaba.

Tranquilo, tomate unas vacaciones puedes quedarte aquí cuidando a Barca.- Tenía una sonrisa linda.

Gracias.- Le sonreí de vuelta, con mis ojos aún rojos.

Me levanté del cómodo asiento para acercarme a la cama, Diego tenía varios tubos en la boca, para que pueda respirar.

Me puse de cuclillas viendo como su pecho subía y bajaba.

Entrelacé nuestras manos, sentí como el la apretó un poco.

¿¡VISTE!?.- Voltee incrédulo buscando la vista de mi compañera.

¡A LA VERGA!.- Se levantó con una sonrisa en su cara.

Estoy seguro que despertarás.- Susurré en su oreja sin dejar de tomar su mano.

Le di un beso en la mejilla, acerqué una silla para sentarme y recostar mi cabeza en la cama.

Entonces te dejo ¿ok?.- Acarició mi espalda.

Bien, nos vemos luego.- La miré de reojo, cerró la puerta despacio.

Diego, me gustas, si puedes escucharme por favor me lo dices cuando despiertes, te amo.- Cerré mi ojos dándole un beso en su mano.

Señor Cein.- La doctora de Diego había entrado.

¿Sí?.- Levanté la mirada para verla de frente.

Solo quería avisarle que en este hospital puede dormir en la habitación del paciente, si usted quiere...- Rascó su cuello, se veía algo incómoda.

Si, me gustaría dormir aquí, gracias.- Sonreí mostrándole los dientes.

Déjeme hablarle un momento.- Se sentó en la pequeña salita del cuarto.

Dígame.- Me senté con la espalda recta, estoy esperando lo peor ¿Y si dice que nunca despertará?

Señor, nosotros sabemos de las actividades ilegales que ustedes realizan, el señor Barca va a despertar, si usted le habla diario realmente le ayudaría mucho.-

Y um, me gustaría pedirle algo doctora.- Solté la mano de Diego, poniendo las mías en mi regazo.

Dígame.- Me mostró una sonrisa.

¿Podría usar un teléfono?.-

La doctora me llevó a su oficina, allí había un teléfono fijo.

El último suspiro ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora