Extras - 9 - Parque

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¡¿Todo listo?!.- Grité, hacía las escaleras.

Diego bajó con una mochila de Abi en su espalda.

Se ve gracioso.

Una playera manga larga negra junto a un arnés de cadenas en su pecho, con unos pantalones negros, una gabardina gris y... ¡Una mochila!.

Bastante lindo.

Palpé su pecho, soltando una risita.

Pareces un osito.- Lo abracé, para después morderle una mejilla.

Mmh...- Hizo un puchero.

Le di una nalgada, para después huir al piso de arriba.

Jadeé, después de subir las escaleras.

Ya estoy viejo, debo de ser más cuidadoso con mi cuerpo.

Pero Dios, estos tacones son preciosos.

Mi conjunto es nada más y nada menos que una playera negra, unos shorts negros cortos junto a unas medias negras.
Mi pecho también llevaba un arnés de cadenas y claramente, mis bellas botas de tacón negras.

Toqué la puerta de Abi.

Mi amor... ¿Ya estás?.- Pregunté, suavemente.

Le estresa que griten, y con buena razón.

Abrió la puerta, con su patineta en la mano.

¿Llevas casco?.-

Agh... ¿Por qué debo llevarlo? Ni siquiera puedo pararme en ella, no voy a hacer mortales hacia atrás.- Volteó sus ojos.

Solté una risita.

Bueno, pero si te raspas no va a ser mi pedo, llorale a tu papi.- Acomodé su estresante cabello.

Mi hija soltó una risita, asintiendo.

Bajamos las escaleras juntos, agarrándola por sus hombros.

Vamos mi amor.- Tomé la cintura de mi esposo, para después besar su mejilla.

Diego nos abrió la puerta, con bello su rostro sonriente.

[•••]


¡Nadir!.- Corrí hasta el, para abrazarlo.

Sus manos palparon mi espalda, mientras soltaba una risita.

Mucho tiempo sin vernos, Cein.- Me guiñó un ojo.

Nadir.- Diego le sonrió, dándole un pequeño abrazo.

Miré a su lado.

Aclaré mi garganta.

Qiang...- Incliné mi cabeza suavemente, para después darle la mano.

Sentí escalofríos cuando el me la estrechó.

Diego ni siquiera lo volteó a ver.

No tuve el tiempo de disculparme apropiadamente, lo siento.- Se inclinó en un perfecto ángulo de noventa grados.

No sé, cosas de chinos.

Ya, ya, creo que te humillaste bien por mí.- Sonreí, levantando su rostro.

Nadir soltó una risita burlona.

Abi, saluda a tu tío.- Escuché como mi hombre le susurraba a nuestra hija.

Buenas, tío Nadir.- Abi le dió la mano.

Nuestro ex jefe entró en un muy gracioso pánico.

Tío Qiang, que secuestró a mi papá y acaba de humillarse.- Abigail le dio la mano al chino.

El último suspiro ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora