0.2

467 79 2
                                    

Mirai tocó con suavidad un par de veces la puerta que de nueva cuenta veía en ese fin de semana. Vaya que era un record.

Estruendosos ruidos resonaron desde dentro del departamento, asuntándolos en el proceso. Distintos gritos se escuchaban en el interior, al parecer una pelea se llevaba a cabo dentro del lugar. Las personas que pasaban junto a ellos miraban asustados el hogar, dudando si llamar a la policía o simplemente seguir su camino.

Si no conocieran a los dueños, o más bien al dueño, de esos gritos seguramente estarían en la misma situación que ellos, pero, al ser plenamente conscientes de lo que podía estar ocurriendo lo único que podían hacer era aguantar las ganas de reírse para no parecer sociópatas riendo de los problemas de los demás.

- ¡Tsunagu, no lo mates! – gritó entre risas.

- ¡O al menos no lo destroces tanto para que Rei lo pueda reconocer! – agregó Mirai.

Estruendosas pisadas se escucharon acercándose a la puerta la cual fue abierta de forma brusca, dejando ver a un blondo furioso.

-Les juro que si me dejan un segundo más a solas con este idiota voy a sacrificar mis mascadas para terminar con su vida- ambos rompieron en carcajadas. Enji se acercó a ellos con unos cuantos raspones en su rostro.

-Recuérdenme no hacer enojas a Tsuna otra vez

-Te lo recuerdo cada vez que vengo y aún no haces caso- respondió Mirai mientras se abría paso al departamento.

Hakamata abrió la puerta por completo, invitando a sus amigos a entrar –Vaya sorpresa que esta vez nos acompañes Toshinori- se burló con elegancia el anfitrión, consiguiendo un sonrojo de su parte y unas carcajadas de sus amigos.

-Romeo decidió descansar un momento al parecer- continuó el pelirrojo.

Su mirada de reproche fue vil mente ignorada por sus tres amigos, los cuales se acomodaron en la sala del más bajo para poder continuar con el asunto que tenían pendiente.

-Siento que hoy están conspirando todos en contra mía- hizo un puchero mientras tomaba asiento junto a su mejor amigo.

-No nos culpes por tu mala suerte Toshinori- respondió Tsunagu desde la cocina.

-Está paranoico porque su novia la mala suerte está de malas porque la está engañando

Enji se cruzó de brazos mientras negaba con decepción su cabeza –Muy mal Toshinori, muy mal. No recuerdo haberte enseñado esas malas mañas-.

- ¡Por qué siguen hablando como si ustedes me hubieran criado!

Las carcajadas volvieron a estallar en el lugar. Tenía algo de tiempo desde que se habían reunido de esa manera, después de todo, los trabajos escolares no les daban tanta libertad como les gustaría y cierto par de chicos tenían una novia a la cual visitaban seguido, aunque claro, aún faltaban personas por estar ahí.

-Dejemos tranquilo a Toshi- Mirai dijo, apiadándose de su pobre amigo. Toshinori lo miró esperanzado –El pobre todavía esta alterado por tropezase sobre la persona que le gusta-.

El otro par lo miró por algunos segundos sorprendidos por la declaración de Mirai, sin embargo, no tardó mucho para que sus miradas se volvieran burlonas y algo sugestivas.

En momentos como ese no sabía si su mejor amigo realmente lo quería ayudar o solo seguir disfrutando se su sufrimiento.

-Así que el idiota de Toshinori no es tan inocente como todos pensamos- Enji lo miró con ciertos aires de superioridad.

Hakamata se agachó para colocar las bebidas y las pocas botanas que tenía en su casa, de aquella forma elegante que solo él podía tener para actividades tan mundanas, concentrando su vista en sus acciones sin mirarlo directamente a él. Un pequeño escalofría recorrió la columna de Yagi –Es entendible que tu novia se haya enojado- pronunció con gracia, causando que sus compañeros quisieran reír por las reacciones del rubio, quien miraba incrédulo al único chico que creía no se tomaría su desgracia con burla. Olvidaba los tiempos de primaria donde aquel trio parecía estar fuertemente conectados cuando se trata de molestarlo. Los quería mucho como amigos, pero realmente no estaban ayudando su pobre corazón.

ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora