Kota.

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Mi niño pequeño, eras tan delicado y frágil, con una abundante melena oscura y tus ojos de un oscuro color y desde mi interior dabas una pelea, un rebelde sin causa que me impedía dormir como se debía y cuando naciste desafiabas siempre a tu padre, posesivo, celoso e inquieto, no podía dejar de pensar que eras su hijo. 

Mi niño tienes el cabello negro, corto y puntiagudo y esa mirada retadora que tanto dices odiar y yo adoro porque eres el fruto de un amor de adolescencia. Un deseo de juventud.  

Sé que en el camino habrán comentarios horribles y tu posiblemente me odies por envolverte en ese caos, pero siempre ten presente que te amamos, yo te amare eternamente mi amado hijo. 

 Tu nombre aunque pienses que lo escogí yo, tengo que confesar que fue tu padre, simplemente un día lo dijo en voz alta y fue aceptado, no profundizo más, pero tuvo un significado especial, sé que no es muy llamativo tener un nombre que signifique: "Los aliados", pero en ese momento fue muy significativo para mi y lo agradezco. 

Mi bebé que desea ser adulto pronto, solo quiero pedirte que me dejes sostener tu diminuta mano un tiempo más, porque aunque en un futuro seas un adulto con familia a mis ojos siempre serás mi pequeño bebé que deseaba ser cargado  todo el día. 

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