Izuku se removió entre las cobijas, salió de entre ellas para comprobar que en tan grande cama estaba completamente sólo.
— ¡Tú pequeño!
Escuchó el gritó de guerra de su alfa y sonrió, se arrastró hasta el extremo de la cama donde estaba una pastilla y un vaso de agua, apretó sus piernas ya que tenían ropa y no pudo evitar sonreír ante la humedad que aún desprendía.
— Tienes que tomarla.
Escuchó la madura voz de su alfa mayor y no pudo evitar sonreír.
— Buenos días para ti también amor.
Le saludó mientras se incorporaba de la cama y tomaba el anticonceptivo juntó con el agua.
— Buenos días, el desayuno esta listo, vamos.
Le ofreció Tomura mientras veía a su omega levantarse, aunque la playera holgada dejaba ver la prueba de su enlace con ellos.
— Hoy te ves tan provocativo.
Susurro Tomura mientras le acompañaba a la cocina, no pudo evitar besar su mejilla, pero la tentación fue más grande y pegarlo a la pared fue una buena opción para empezar a besar su cuello. Izuku sintió un escalofrío y mordió su labio inferior para evitar escapar algún ruido, estuvo apuntó de detener al mayor cuando el sonido de un juguete chillón interrumpió su momento.
— Mío.
Dijo un celoso niño que veía resentido a su otro padre mientras seguía golpeando su cabeza con su juguete.
— Dejen de hacer eso cerca de los niños.
Les reprendió Katsuki que tenía entre sus brazos al hijo menor de la familia, Izuku sonrió al notar que su niño peleaba por escapar de los brazos de su papá para ir con él.
— Buenos días amor.
— Buenos días.
Le regresó el saludo Katsuki mientras le daba un liguero beso en los labios y entregaba al demonio que tenían por hijo.
— ¡Papá Katsuki, se esta quemando algo!
Gritó Eri haciendo que el alfa saliera rápidamente a la cocina para verificar su pan tostado.
— ¡Tomura que le hiciste a la tostadora!
Grito Bakugo mientras Tomura se alejaba de ahí en busca de un escondite.
— Buenos días mi amor.
Dijo el peliverde mientras besaba la frente de su niño y este sonriendo se aferraba a su papá.
Izuku amaba a su tan peculiar familia.
[...]
Corbata, pantalón, zapatos y etc. Todo estaba listo para el día de mañana y todo gracias a Katsuki que terminaba de acomodar todo, aunque fue una tarea complicada teniéndolos a ellos dos en esa situación.
— Tomura.
Los gemidos de Izuku no eran los más sutiles y es por ese motivó que la habitación había sido rediseñada para no dejar escapar sonido alguno.
— Maldición.
Los gemidos de Shigaraki tampoco eran sutiles, los tres gracias a la sexóloga habían aprendido a aceptar esa parte de ellos, no reprimir nada y Shigaraki era quien más lo ponía en acción. Katsuki escuchaba el sonido de las pieles y podía ver como Izuku mantenía sus brazos aferrados a la almohada mientras Tomura se encargaba de penetrarle.
— ¿Qué?
Preguntó a la defensiva mientras el alfa mayor le miraba, era excitante para él ver eso, los penetrantes ojos del mayor, el sonido de las pieles chocando y los gemidos de placer del peliverde, su cuerpo era recorrido por un agradable escalofrío, pero su momento no llegó por el sonido de la puerta ser tocada.
— No puedo dormir.
Escucharon la voz quebrada de Eri logrando que los tres detuvieran sus actos, Izuku estuvo apuntó de detener el acto, pero Bakugo les lanzó una sábana y apagó las luces antes de abrir la puerta.
— ¿Papá y mi papi?
Preguntó la infante con leves lágrimas en los ojos.
— Duerme, tenía un liguero dolor de garganta.
Mintió mientras cerraba la puerta y cargaba a la infante a su habitación.
[...]
— Últimamente siento que su celo es más fuerte.
— Sus feromonas también lo son.
Ambos alfas dialogaban mientras tomaban una taza de café, Eri y Kota miraban a sus papás mientras terminaban de desayunar.
— ¿Van a salir hoy?
Preguntó Tomura mientras limpiaba el rostro de su hijo menor.
— Vamos a ir con la bruja de su abuela.
— Papá, ¿Mis abuelas son brujas?
Tomura miró a su niña y negó rápidamente con la cabeza.
— Solo la bruja de mi mamá, ella si es bruja, una bruja mala.
Se mofo Katsuki ganándose una mirada de molestia del alfa mayor.
— No escuches a tú padre Eri, ninguna de tus abuelas es bruja, amor.
Midoriya salió por los pasillos luciendo un traje de color negro, toda la ropa le hacía relucir.
— ¡Papá!
Grito Kota desesperado por salir de su silla, deseaba ir con su papá.
— Papi no te puede cargar Ko, él tiene que irse.
Le intentó explicar Shigaraki mientras lo sacaba de su silla y abrazaba, pero el niño solo rechazaba su toqué desesperado al punto del llanto.
— Mira, tu hermana no llora Kota.
Le dijo Katsuki cargando a la menor, Eri veía a su hermano y sonrió.
— No llores Ko, ya, ya, ven.
Pidió la menor, Katsuki la colocó de pie en el suelo y Tomura acercó al menor a ella, este se aferró a su hermana mientras lloraba.
— Lo siento.
Murmuró el peliverde mientras tomaba sus cosas y salía de la casa. Todo para evitar más lágrimas de su hijo.
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Vínculos.
FanfictionLa sociedad siempre estableció una línea sobre lo correcto y lo incorrecto. Yo soy el único culpable y el único criminal en esta historia. Omegaverse. La portada no es de la autoridad de esta cuenta, todos los derechos al autor.