– Waaah – Exclama el castaño con emoción cuando ve las enormes calles, los locales con ropa, hacia tanto tiempo que no salía de su casa y jamás había visto las vidrieras que lucían preciosas prendas, nunca había ido a comprar cosas como ropas o cosas por el estilo. Realmente quedo embobado con ese lugar. Todo era tan bello.
– ¿Qué pasa con tu reacción? – Dice Namjoon observando como Jin gira su cabeza hacia todos lados, sin perderse ningún detalle del bello lugar que se le ponía enfrente. Namjoon río, era como un niño pequeño cuando lo llevan a una dulcería.
Seokjin le miro y sonrió.
– ¿Recuerdas que te dije que mis ropas eran de alta costura, ¿no? – Namjoon asiente – Nunca tuve la oportunidad de ver las vidrieras de las tiendas exhibiendo ropa debido a ese detalle.
Unos grititos emocionados les sacan de su charla para dirigirse hacia unas chicas que miran embobadas a Namjoon.
– ¡Él es tan guapo!
– ¡Dios, nunca había visto a alguien tan lindo!
Namjoon era alto, destacaba bastante cuando sonreía, pues se le formaban unos preciosos hoyuelos en las mejillas. Y eso volvía locas a todas las chicas que le veían sonreír. Al igual que las que le observaban en ese momento cuando él les dedico una linda sonrisa.
Seokjin pensó que normalmente era él el que siempre era observado cuando iban a algún lugar, pero, el hecho de que Namjoon tampoco dejara de ser observado y él se viera ligeramente echado a un lado por la belleza natural que aquel moreno poseía, le aliviaba bastante para sinceros.
Aunque eso no quitaba que Seokjin sintiera una ligera envidia; pero realmente no estaba para quejarse llevando un vestido y su cabello largo como el de una chica.
Pensó que quizás si fuera vestido de hombre –como claramente era– él podría ser incluso más guapo que Namjoon. Porque lo era. Al menos eso creía y perjuraba cada día de sus cortos diecisiete años hasta que ese guapo chico se presentó como su futuro prometido en la entrevista de matrimonio.
Creyó que si era Namjoon el que se ganaba la atención y los halagos no le molestaría demasiado.
Porque el moreno era realmente apuesto. Y Jin no lo negaba.
El hecho de compartir sus momentos con el moreno y tener su compañía le hacía tener una extraña sensación de paz, le hacía relajarse y sentirse tranquilo; pero aún no entendía el por qué.
Una tienda llama la atención de Jin, deteniéndose y provocando que Namjoon también lo hiciera.
– ¿Encontraste algo que te gustara? – Pregunto Namjoon detrás de Seokjin, éste adapto una mirada pensativa.
Namjoon miro frente a sí mismo. Una tienda de jeans era lo que miraba Jin pensante.
– Mhm... no realmente... – Dice dudoso.
Namjoon sonríe socarrón por la idea de sus próximas palabras.
– Si no tienes dinero puedo comprarlo para ti, después de todo eres mi esposa – Le dice dando risitas mientras resaltaba su última palabra.
Jin le miro molesto.
– Ugh... tan molesto, cállate – Apretó sus dientes. Y giro nuevamente su mirada hacia la tienda de jeas – No es que no pueda costearlo. Solo pensaba que nunca he comprado pantalones antes – Namjoon le mira sorprendido. ¿Nunca, nunca?
– ¿Eh? ¿Nunca?
– Nunca compre uno – Dice Jin confirmando.
– ¿No eres un estudiante de preparatoria? – Pregunta Namjoon y Seokjin asiente – Se que has sido criado como una mujer y todo eso, pero, normalmente los adolescentes tienen por lo menos un par de pantalones. ¿Qué usas cuando hacen deportes al aire libre o campamentos en el colegio?
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• No te asustes • | Namjin
Fanfiction«La historia entre un escritor totalmente atractivo y un precioso... ¿joven?» Park Seokjin es un joven de 17 años que es obligado a casarse con Namjoon, un escritor totalmente atractivo de 24 años. ¿Quién diría que Seokjin escondía un secreto?