• XXII. Por el resto tu vida •

76 12 0
                                    

– ¿Tú cuerpo está bien? – Pregunta el moreno mientras se va adentrando a la casa, cargando con una bolsa de plástico, por su reciente ida al supermercado.

Jin bufa.

– Nada esta bien – Dice refunfuñando – No puedo pararme – En sus labios se forma un bonito puchero por lo que el moreno sonríe y se acerca hacía él, para plantarle un casto beso en los labios.

Ambos sonrieron.

Después de su primer beso –juntos– Namjoon se había vuelto un poco más cariñoso –solo un poco–, siempre veía que faltaba en la casa y se ofrecía a ir por el e inclusive muchas veces si a Seokjin no le dolía la cadera por mantener actos ilícitos durante la noche –y muchas veces madrugada– lo acompaña a donde fuera y ambos se la pasaban excelente.

Nada que cambiara de su rutina diaria.

A excepción de que el moreno estaba encantado por los labios del menor. Siempre buscaba momentos para acorralarlo y besarlo, para probar ese delicioso sabor a frutas que tenía su boca. Y el castaño siempre disfrutaba de los delgados labios del moreno, aquel sabor a menta lo volvía loco y siempre deseaba más, aunque le avergonzara que el moreno besara, aun no estaba totalmente acostumbrado a esa nueva vida de felicidad que le daba aquel moreno, pero le encantaba.

– ¿En serio? – Preguntó el moreno y Jin volvió a tomar aquella actitud donde se encontraba refunfuñando por no poder limpiar el hogar e inclusive cocinar. Asintió el castaño y Namjoon le miro casi apenado –casi–. – Lo siento, creo que fui muy rudo...

Se encamino hacia el sofá y dejo aquella bolsita plástica sobre la mesa de centro. Seokjin asintió ante su disculpa y le regalo una sonrisa hasta que su mirada fue a parar hacía aquel contenido que no era revelado.

– ¿Qué es eso? – Apunto con su índice hacía la bolsa.

– Comida – Dijo el moreno – Te dije que compraría algo ya que no puedes cocinar.

Seokjin asintió.

– ¿Y esa bolsa de ahí? – Preguntó, no se había percatado de que había otra bolsa, más pequeña al lado de aquella bolsa plástica. Una bolsa más sofisticada color negro, con letras doradas y de forma rectangular.

– Ah, eso es tuyo – Dijo el moreno yendo hacía la bolsa y tomándola entre sus manos para sacar el contenido. Seokjin le miro confuso hasta que el moreno saco una pequeña cajita de terciopelo color blanco.

– ¿Mío?

Namjoon sonrió y asintió.

Coloco su mano izquierda bajo la caja y con la derecha se encargo de colocarla donde Seokjin pudiera verla. ¿Acaso...?

Al momento que se quedo embobado mirando la cajita el moreno sonrío mostrando sus hoyuelos y la abrió; dejando a su vista un hermoso anillo dorado con detalles rosados y un bonito diamante rosa en el centro, rodeado de diamantes más pequeños a los costados color plata que se iban cruzando formando unos bonitos infinitos. Todo el anillo tenía un brillo propio, totalmente hermoso a los ojos se Seokjin.

Seokjin se quédo totalmente sorprendido, apreciando cada pequeño detalle de aquel hermoso anillo.

– ¡Es hermoso! – Exclamo feliz luego de haber salido de aquel trance.

Namjoon sonrió.

– Todo lo que quería hacer hoy era que aceptaras esto. Le pertenecía a mi abuela, ella me dijo hace tiempo que quería que mi novia lo tuviera – Sonrió con nostalgia y rio al final por decirle novia.

– ¿Quieres decir que éste es un anillo de compromiso? – Pregunto Jin sorprendido.

– Es un poco tarde, pero supongo que esta bien darte el anillo de compromiso después de la boda...

• No te asustes • | NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora