La mañana del domingo Namjoon aun no salía de su habitación, pero el hecho de haber encontrado una manera de poder alimentarlo y cuidarlo, fue un gran alivio para el chico de cabellos castaños.
Jin se encontraba en ese momento limpiando la sala de estar, pasaba algunos trapos por los muebles para dejarlos relucientes y tomaba la escoba para barrer el lugar. Ya había hecho su cama, había limpiado su habitación y la mayoría de la sala, limpio la cocina al ritmo de una de las tantas canciones que le pasaban por la cabeza.
«¿Qué debería hacer para la cena?, antes de ayer prepare verduras cocidas con arroz salteado y ayer prepare unas tortillas de arroz con carne... – Piensa el castaño, recargando ambas manos sobre el gran palo de la escoba – Mhm... algo que pueda comer con una mano Namjoon sería bueno... ¿unos sándwiches...?»
El ruido de unas cosas cayendo al piso y de unos pasos perezosos y arrastrándose por todo el piso sobresalto a Jin, asustándolo.
Un Namjoon tembloroso, apestoso y totalmente con bolsas debajo de sus ojos –aquellos que apenas y podía abrir– se hizo presente por la sala mientras balbuceaba algunas cosas que Jin termino de comprender después de unos intentos.
– T...ter...termi...ne – Dijo totalmente agotado el moreno.
Jin juraría que apenas y se podía mantener en pie, no dudaría que en cualquier momento cayera al piso por pasar tanto tiempo sentado, seguramente sus piernas se sentían débiles, pues el moreno parecía una gelatina andante, tambaleándose a cada paso.
– Nam, trabajaste muy duro – Dice un Jin sonriente – ¿Quieres almorzar? – Pregunta y Namjoon apenas le ve.
– No... estoy bien... solo... quiero dormir... – Dice el moreno sintiendo como su cuerpo pesa cada vez más y más – Tengo... tanto sueño que podría... morir... – Bostezo.
Seokjin asiente.
– Entonces, ¿tienes algún pedido para la cena? – Pregunta Jin con una sonrisa – Cocinare lo que quieras mientras tu duermes – Anima.
Namjoon quien estaba a punto de retirarse, se gira hacia Jin y con las mejillas ligeramente rojizas y un brillo en los ojos le responde:
– Ha-hamburguesa...
Seokjin suelta una risita y asiente con una gran sonrisa.
– Esta bien~
Cuando el moreno finalmente se hubo retirado a pasos perezosos y tambaleantes Seokjin toma la escoba con ambas manos para terminar –pues se vio interrumpido por la intromisión del moreno en la sala– y sonríe mirando como desaparece por la puerta y cierra tras él.
– Hamburguesa, huh... – Ríe bajito – Los gustos de Namjoon son como los de un niño.
Mientras continua con su limpieza se pone a pensar que después de una semana en la que almorzó, comió y ceno solo entre los sonidos de las hoyas y los ruidos de la televisión encendida, finalmente tendría la compañía de aquel alto y pelinegro moreno que tanto había extrañado en demasía.
Sonrío.
– Lo espero con ansias – Murmuró.
[...]
– Síííí~ – Exclamó Namjoon sonriente. Definitivamente un niño, pensó Jin mientras reía – Hamburguesas~ ¡gracias por la comida! – Le dijo el moreno emocionado con una sonrisa, mientras mostraba sus hermosos hoyuelos.
Jin se sonrojo.
– De alguna manera siento que no he probado tu comida en algún tiempo. Uno muy largo – Continúa Namjoon sonriente, mientras toma los palillos y degusta aquella deliciosa carne con aquel rico arroz blanco – Dhlifhiofo – Dice con la boca llena.
ESTÁS LEYENDO
• No te asustes • | Namjin
Fanfiction«La historia entre un escritor totalmente atractivo y un precioso... ¿joven?» Park Seokjin es un joven de 17 años que es obligado a casarse con Namjoon, un escritor totalmente atractivo de 24 años. ¿Quién diría que Seokjin escondía un secreto?