• XVII. Buen sexo •

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Namjoon tomo a Jin en sus brazos, llevándolo como princesa hacia la recamara, ya que al intentar que fuera por su cuenta el castaño había caminado con pasos torpes y había estado a punto de caer.

Cuando finalmente abrió la puerta de la recamara que le pertenecía a él y no al castaño, lo recostó sobre la cama y el castaño se quejó entre refunfuños y pucheros, totalmente alcoholizado solo por unos sorbos.

Namjoon río.

Definitivamente Jin tenía demasiado poca tolerancia con el alcohol.

– Bien, te ayudare a desvestirte – Hablo por fin el pelinegro hasta que logro que el castaño se quedara quieto, sumiso, y no se moviera.

Con movimientos lentos se deshizo de su camisa abotonada, desabrochando uno por uno de sus botones hasta finalmente dejar a su vista aquella piel blanquecina que ya se había dado la lucidez de tocar una de las anteriores noches. Al verse sin su camiseta el castaño subió sus brazos a su pecho, recargándolos ahí. Namjoon sonrió y continuo con sus pantalones; desabrocho el botón negro que se posaba sobre ellos y bajo el cierre, dejando ver su bóxer color negro debajo. El castaño suspiro cuando se vio completamente relajado sin aquellas prendas que le causaban más calor que el alcohol en su sistema.

Un sonrojo recorrió sus mejillas cuando se vio completamente expuesto, no sabía si era por el alcohol o por sentir la mirada de Namjoon comiéndoselo entero sin siquiera mover un dedo. Quizá ambas.

Namjoon curioso del cuerpo de Jin levanto su diestra y se acercó a su pecho para presionar con su índice aquel pequeño botón rosa.

– Ngh... – Gimió Jin.

– Oh, parece que te gusta... – Namjoon formo una gran sonrisa en su rostro y sus mejillas se sonrojaron con un ligero tono rosado. Su mano anteriormente alejada se volvió a acercar hacía su pezón rosado y lo tomo entre el índice y pulgar, apretándolo ligeramente, jalándolo y haciendo a Jin estremece y soltar sonidos indecorosos – ¿Se siente bien aquí? – Pregunto el moreno.

– Ngh... ahh... s-se... sient-e b-bien – Jadeó Seokjin, apenas siendo consiente de todo lo que pasaba por aquel alcohol que le nublaba, ya no se sentía como si fuera él, al menos, no en todos sus sentidos.

– ¿Cómo quieres... que lo haga? – Pregunto Namjoon con la voz ronca, al sentir como algo enorme crecía en sus pantalones y comenzaba a apretar.

– Lámelo... – Susurró ahogado en el placer que ese acto le provocaba mientras él mordía su mano intentar retener todo aquel sonido vergonzoso.

Demonios, se sentía tan malditamente bien, que el castaño ya ni siquiera pensaba con claridad, solo salían las palabras de su boca, como si el alcohol le hubiera quitado todo aquel filtro que se encargaba de mantener y mantuvo la vez pasada. Pero esta vez era diferente, las palabras solo salían y él no podía retenerlas.

Namjoon sonrío, casi jadeando ante la respuesta, no pensó que fuera tan... explicito, y solo ahí se dio cuenta de que quizás realmente Seokjin estaba un poco más ebrio de lo que pensaba.

– ¿Solo lamerlo? – Pregunto extasiado, presionado nuevamente ese hermoso botón rosa.

– Ah... ngh... chú-chúpalo y mu...muer- ngh... muérdelo... – Gimió.

El pantalón del moreno apretó nuevamente, sintiendo casi las sacudidas de su miembro a pesar de estar apresado en aquella horrible tela, sentía la parte delantera de su ropa casi húmeda por el líquido pre-seminal.

Namjoon acerco su rostro y tomo una tetilla de Jin entre sus labios haciéndolo delirar; pasando su lengua por los alrededores, tomándolo entre sus dientes y dándole ligeras mordidas que haciéndolo delirar del placer que ese pequeñísimo acto le causaba.

• No te asustes • | NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora