Luego de aquel momento en la tienda de ropa ambos se dirigieron a comprar algunos comestibles, después de todo el mayor y el no contaban con nada de ellos en el refrigerador ni en la despensa.
Al entrar en la tienda de comestibles Namjoon se dirigió a tomar un carrito de metal y Seokjin se dedicó a seguirlo con su bolso colgado al hombro.
– Se ha puesto bastante oscuro afuera. Ya son las siete de la tarde – Dice Namjoon mirando su reloj de muñeca.
– ¿Eh? – Pregunta Seokjin sorprendido – ¿Ya es tan tarde? Ahora que lo mencionas, eso explica que tengo un poco de hambre – Ríe avergonzado.
– Si, yo también – Sonríe mostrando sus hoyuelos.
– ¡Ah! – Exclama haciendo pegar un ligero brinco a un concentrado Namjoon en ver los precios de los vegetales.
– ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! – Le dice el pelinegro asustado.
Seokjin ríe cubriendo su boca con una mano.
– No pasa nada Namjoon, solo que recordé algo y te quería preguntar, ¿quieres algo especial para la cena?
– Oh... – Piensa – En lugar de qué quiero comer, más bien, ¿qué es lo que sabes cocinar? – Pregunta el moreno dándole una mirada a las carnes frías – No quiero arriesgarme – Continúa dejando un paquete de pescado en de vuelta a su lugar – Simplemente escoge algo en lo que seas bueno.
Seokjin abre sus ojos desmesuradamente y refunfuña.
– ¡Eso es tan grosero! – Exclama el castaño ofendido – ¡¡Tengo mucha confianza en mis habilidades culinarias!! – Namjoon sigue andando con el carrito poniendo cosas en el mientras Seokjin lo persigue refunfuñando y ligeramente molesto. ¿Cómo se atrevía a decirle eso si ni siquiera le conocía? – ¡Jul nuestro chef puede asegurarlo! ¡Me he estado preparando para es-
– Mhm... eso es sorprendente – Dice Namjoon interrumpiéndolo, pero sin girarse a verlo.
Seokjin refunfuña haciendo un puchero inconsciente.
– Soy realmente bueno... – Murmura pretendiendo que el moreno lo escuche – ¡Solo espera, hare algo realmente delicioso y te molestare!
– Si, si, como tú digas – Namjoon ve una cartera de algo delicioso – ¡Oh, caviar! – Lo toma emocionado y lo observa.
Hasta que se rompe soltando todo su contenido en la mano del moreno.
Namjoon mira con pánico a Seokjin que se sigue quejando entre susurros diciendo; ¡Él vera que soy bueno en la cocina!», «Namjoon se quedara sin habla» y demás cosas, así que como el castaño no observa sus actos, toma aquel contenido dejándolo nuevamente en el estante disimuladamente y acelera el paso del carrito metiéndose a otro pasillo rápidamente.
[...]
Al llegar a su nuevo apartamento dejan las bolsas de compras en la cocina y el moreno se va hacia la habitación para cambiarse, dándose cuenta al salir que el castaño sigue con aquella falda blanca, y su demás vestimenta de chica; concentrado en sacar la comida de las bolsas plásticas y dejarlas en la estantería.
– ¿No te vas a cambiar?
El castaño se gira hacia el moreno, dándose cuenta de que ya no viste tan elegantemente a como salieron en la mañana, sino que ahora viste unos cómodos pantalones de chándal y una camisa ancha color blanca, con unas pantuflas del mismo color.
– Mm...
– Si cocinas con esas ropas las mancharas, ¿por qué mejor no usas los pantalones que compramos esta tarde? – Al recordar el traje voluptuoso que viste el castaño añade: – También puedes quitarte el traje. Usarlo todo el tiempo debe ser agotador, ¿no es así?
– Supongo... – Dice el castaño mirándose su cuerpo. No se había dado cuenta hasta ahora porque realmente nunca se había parado a pensar en ello; pero liberarse de ese traje voluptuoso y apretado realmente le parecía un agradable acto. Después de todo se sentía que apenas respiraba con esa cosa puesta.
– Se siente extraño cuando estas vestido como mujer en casa – Dice Namjoon al ver la casi indecisión del castaño – Así que solo se más natural, se tú mismo – Sonríe.
Seokjin sonríe.
– Tienes razón – Dice emocionado dirigiéndose a la habitación para deshacerse de todas aquellas prendas que le intoxican su persona.
Desliza su falda por las piernas; saca su blusa femenina por encima de la cabeza y procede a quitar aquel cuerpo negro que le apresa totalmente, hasta que finalmente y totalmente liberado se ve en el espejo.
Su pecho plano, sin voluptuosas curvas.
Sus casi inexistentes caderas.
Sus delgadas y blancas piernas.
Y aquel ligero bulto resaltando de sus negros bóxer.
Aquello que lograba recordarle todos los días que él era un hombre y una chica. Aquello que le decía mientras se duchaba que pronto podría mostrarse como era tan siquiera en su propia casa. Y para su suerte, había llegado ese momento. Aquel momento en el que él podría mostrarse tal cual sin miedo de que su madre le dijera que tenía que usarlo por si llegaban visitas. Aquel momento en él podría andar por su casa vestido de chico sin necesidad de sentirse asfixiado. Sin sentirse ahogado por aquel cuerpo falso que le creaba aquella tela negra y ajustada. Aquella que le hacía doler el cuerpo y le marcaba cosas que no tenía; pechos, caderas prominentes.
Finalmente, y por una vez, se sentía él mismo.
Sonrío ante su reflejo y su reflejo le devolvió la sonrisa.
– Al fin soy libre...
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• No te asustes • | Namjin
Fanfic«La historia entre un escritor totalmente atractivo y un precioso... ¿joven?» Park Seokjin es un joven de 17 años que es obligado a casarse con Namjoon, un escritor totalmente atractivo de 24 años. ¿Quién diría que Seokjin escondía un secreto?