• XIV. Déjate llevar •

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– Solo déjate llevar... – Susurro el pelinegro acomodando nuevamente a Jin para poder hacer lo que tenía pensado.

– ¿Q-q-q...qué? ¡Namjoon! ¡AHHH! – Grito el castaño al verse casi despojado de sus pantalones, los cuales intento tomar con ambas manos, ¡era tan vergonzoso que le viera casi desnudo! – ¡NAMJOON!

– Solo quiero hacerte sentir bien – Dijo el pelinegro mientras sonreía y terminaba de quitar sus pantalones – Y, quiero saber que tan lejos soy capaz de llegar contigo~

– ¡N-no puedes! – Exclama el castaño totalmente avergonzado. ¡Estaba casi desnudo de la cintura para abajo!

– Esta bien~ – Dice el moreno mientras comienza a deslizar su diestra por la entrepierna del menor, que curiosamente comenzaba a despertar. El castaño se estremeció al sentir aquel tacto. Nunca alguien lo había tocado. Nunca había tenido tanto contacto físico e íntimo con algún chico o chica. Se sentía totalmente avergonzado de que Namjoon le tocara de esa forma. Después de todo el chico blanquecino ni siquiera había recibido su primer beso – No te preocupes~

– ¡Ah...! – Suspiro inconscientemente el menor al instante tapando su boca por aquel vergonzoso sonido que había hecho.

Nunca se había tocado, jamás había sentido la necesidad de hacerlo y que Namjoon estuviera frotándole el miembro le nublaba completamente los sentidos. Se sentía repentinamente ido y comenzaba a sentir demasiado calor, sentía aquellas pequeñas gotas de sudor recorrerle el cuello mientras él mantenía sus manos en su rostro cubriendo la mitad de su cara y tapando con ello su boca, evitando sacar todos aquellos soniditos eróticos que amenazaban con salir.

– E...esto es m-malo – Tembló el castaño en las manos del moreno que se encargaban de acariciar cada parte de su miembro ahora erecto, duro como una piedra y que dolía horrores – ¡Ah-ah!

El moreno tomo desprevenidamente al castaño, adentrando su gran mano dentro aquel bóxer negro que portaba Jin. El castaño se retorcía en sus brazos al sentir como Namjoon liberaba su miembro de aquel encierro apretado. Se sentía casi aliviado se sentirse más libre, pero la mano del moreno en su sexo no le permitía pensar con coherencia, cada vez sacaba aquellos sonidos vergonzosos que no quería que escuchara. Y cada vez más el moreno masturbaba al castaño mientras tocaba el glande con su pulgar y lo apretaba ligeramente haciéndole recorrer espasmos por todo el cuerpo.

– ¡Ah-ah! Mgh... N-Namjoon... ¡AH! – Gimió, al sentir como apretaba su glande – N-no hagas... eso... mghhh...

– Estas bastante duro sabes... – Susurro el moreno a su oído provocando que una corriente eléctrica le subiera por el cuerpo y se acumulara en su parte baja, las manos de Namjoon le tocaron en un ritmo más rápido y sintió un cosquilleo en su vientre.

Aquella respiración agitada y aquel chapoteo provocado por el moreno y su miembro, además de los constantes gemidos era todo lo que se escuchaba en la habitación de la sala. Cada vez más sentía como su miembro dolía pidiendo liberación.

«¡Esto es realmente malo!», pensó el castaño entre jadeos.

– Ngh... ¡Ah-ah! ¡Nam...AHH! – Finalmente el castaño se liberó, dejando salir toda aquella sustancia blanca y viscosa sobre la mano del moreno y parte de su abdomen, dejándole agotado mientras descansaba sobre el cuerpo del más alto, intentando regular su respiración.

El moreno tomo al castaño entre sus brazos, haciendo que instintivamente se tomara de su cuello, rodeándolo con los brazos.

– ¿Q-qué? ¿a d-dónde vamos? – Tartamudea el castaño avergonzado por lo de hace unos pocos segundos.

• No te asustes • | NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora