• XXVI. Un día de gente ambiciosa [Extra2] •

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– Que montón de gente... – Dice Jin mientras se abre paso por un tumulto de gente rica. Mujeres con vestidos hermosos y largos, algunas cortos, pero igual de elegantes y hombres con elegantes trajes caros, inclusive los trajes que se veían más sencillos destacaban por su belleza. Los camareros y las demás personas que iban y venían con copas y pequeños postres se veían incluso tan elegantes como los invitados.

– No te separes de mi lado – Dice Namjoon tomando a Jin de la mano para que no se separen. El moreno vestía un elegante traje color negro que le hacían ver demás elegante y más que nada atractivo. Dentro vestía una camisa de vestir color blanco con y lo adornaba una corbata negra a rayas blancas y grises en diagonal; su cabello negro iba peinado ligeramente hacía un lado, combinando su atuendo totalmente con los bellos zapatos negros totalmente elegantes; su muñeca portaba un elegante reloj color oro.

Definitivamente Seokjin babeaba por él.

En cambio; Seokjin iba ligeramente más sencillo; llevaba un vestido hasta la rodilla color negro como si hubieran estado de acuerdo en ponerse algo del mismo color. El vestido tenia manga corta y alrededor de su cuello parecía un collar de diamantes. Zapatos color plata, pero sin brillar demasiado; solo lo necesario.

Namjoon pensaba que Seokjin se veía totalmente hermoso.

Namjoon y Seokjin comenzarón a temblar levemente y al darse cuenta tenían a dos medusas mirando en su dirección. Después de todo era normal que las mamás de ambos se presentaran en aquella ceremonia de celebración.

– Si doy un paso en falso siento que alguien me va a matar... – Dijo Seokjin nervioso – Me mataran dos brujas... – Murmuro.

– Jajaja... no es la gran cosa... – Dijo Namjoon mirando hacía otro lado intentando que su miedo y su mirada no fueran percibidas por aquellas mujeres, pues podrían convertirlo fácilmente en piedra.

Unas pisadas dentro de todo el alboroto se hicieron presentes y una persona apareció de entre la multitud. Un chico alto y pelirrojo; vestía un elegante traje rojo casi color sangre y una camisa de vestir color negro debajo. Tenía una sonrisa muy bonita que le hacía resaltar, se veía tremendamente bien.

– Oye, Namjoon – Saludo el pelirrojo alzando su copa de vino tinto y dedicándole una sonrisa casi matadora.

– Jaebum... – Casi murmuro Namjoon cuando vio de quien se trataba. Ese chico era como una víbora.

Jin en cambio le dedico una sonrisa encantadora y educada mientras inclinaba ligeramente la cabeza a modo de reverencia.

– Buenas noches – Dijo con una voz aterciopelada – Soy Kim Seokjin, la mujer de Namjoon – Sonrío.

El pelirrojo sonrió más ampliamente.

– ¿Oh? así que tu eres la mujer de la que se rumoreaba... – Dijo con una sonrisa completa y dándole una mirada a Seokjin de arriba y abajo – ¿Qué ha visto una mujer de buena cuna con tan solo diecisiete años en este hombre para elegirlo?, ¿huh?

– ... – Namjoon apretó la mandíbula y Seokjin se descoloco. ¿Cómo se atrevía a decir eso?

– ¿Perdona? – Dijo con un tono de molestia que solo Namjoon pudo percibir.

– Lo digo porque tu eres una jovencita de buena familia, ¿verdad? – Cruzo sus brazos sobre su pecho – De todos los hombres que pudiste haber elegido... ¿por qué elegiste a este mujeriego? – Rio enarcando una ceja– Creo que podrías haber elegido a un hombre más experimentado en la vida y aceptable entre el público.

– ...

«No me da buena sensación... pero... mi madre me ha enseñado a comportarme en situaciones así», se dijo el castaño, intentando contener el enojo que ese tipo había empezado a encender en su interior con aquellos comentarios fuera de lugar. A fin de cuentas, ¿a él qué demonios le importaba con quien se casaba o quien no? No era de su incumbencia.

• No te asustes • | NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora