01

56.4K 3.9K 1K
                                    

La vista simplemente era buena, a un par de metros lejos de la barra donde yacía recostado había un par de chicas que reían distraídamente sobre algo que su mejor amigo se estaba encargando de decir.

Jeon ladeó la cabeza observando cómo el hombre parecía desenvolverse fácilmente con las mujeres, no podía admitir en voz alta que sentía una ligera sensación de envidia al verlo conseguir chicas más rápido que él.

Pero esa era la verdad.

No es como si él solo fuese y luciese como un niño bonito esperando obtener algo. La idea no era bienvenida en la cabeza de Jeon.

Sin embargo, debía admitir que Jimin parecía esconder algún tipo de técnica secreta para seducir mujeres con su encanto, suspiró antes de enseñar una expresión de seducción hacia la morena que se dirigía en dirección suya, le echó un vistazo rápido a Jimin desde la lejanía quien solo le guiñó un ojo.

Debía agradecerle por ello después, pensó tomando la bebida entre sus manos antes de sonreírle a la desconocida.

Solo un par de horas después Jeon se hallaba en el porche frente a la casa que compartía con sus hermanos, siendo el de la mitad él podía escapar de casa, pero aun así su hermano mayor le diría algo si desaparecía por mucho tiempo.

— Hoseok cocinó esta noche, te tocan los trastes — la voz de su hermano lo obligó a elevar la vista una vez que ingresó a la casa.

Namjoon era un hombre bastante corpulento para su altura, sin mencionar que tenía una expresión bastante notoria al momento de enfadarse, una mueca que involucraba mover sus labios hacia afuera y acentuar sus mejillas bajando la mirada antes de enfocarla.

— Eso no es verdad, hoy te tocan los trastes — inquirió Jungkook, un surco formándose en su frente.

Su hermano le llevaba casi media cabeza de altura, en este tipo de ocasiones odiaba tener que levantar la vista hacia él.

— Es cierto — dijo cuidadosamente Namjoon — pero ya que te pasaste de tu hora, te tocan lavarlos.

— Yo no — Jungkook sacó de su bolsillo delantero el móvil — yo no me pasé de la hora — presionando el botón derecho al costado del artefacto revisó la hora en cuanto la pantalla se encendió — aún son las... — sus labios se juntaron entre casi formando una línea recta.

— Son las cuatro de la mañana Jungkook — una queja oculta en su tono de voz.

Su hermano tenía razón, su hora había acabado hace dos atrás, pero no podía sólo decir que luego del polvo rápido con la morena decidió acompañar a Jimin hacia su casa y quedarse con este solo hablando cosas sin sentido.

— Yo solo... — fue interrumpido.

— No vas a usar como excusa a Jimin de nuevo — advirtió — solo ve a lavar los malditos trastes, Hoseok preparó comida cargada de condimento.

Una mueca cansina adornó el rostro del menor al instante.

Él no pensaba usar a Jimin como excusa, bueno tal vez había cruzado la idea en su mente de mencionarle algo sobre ello, pero su hermano era demasiado listo e intuitivo.

Maldita sea, si tan solo no se hubiese quedado en la casa del azabache esto no estaría ocurriendo, sabía a la perfección el por qué Namjoon explicó qué clase de comida había hecho su hermano menor, eso solo significaba que los trastes debían estar pegajosos o simplemente difíciles de limpiar.

Y podría apostar que ninguno de los dos por lo menos abrió el grifo y los dejó remojarse en agua.

— Disfruta lavando los trastes, así la próxima vez recordarás llegar puntual a casa — Namjoon desapareció de su campo de visión al abandonar la entrada y dirigirse escaleras arriba.

Co-Piloto °Kookmin°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora