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Capítulo 17
Reunión.

—¡Bajen las armas ahora!

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—¡Bajen las armas ahora!.—Nos gritan desde lejos, no tenemos de otra. Lentamente bajamos nuestras armas al suelo.

Rayos...

—Cabecilla, ve a tu izquierda al vagón, si haces lo que decimos los niños irán contigo y si no, los matamos y tú igual acabas ahí.—Mi papá camina hacia el vagón—Ahora el arquero.—Daryl lo obedece molesto.

—Ahora la samurái.—Michonne sigue el camino que le dicen—Tu turno rubio.—Harry es el último que va, dejándome sólo.

—Mi hijo.—Mi padre grita refiriéndose a mi.

—Ve, niño.—Camino lentamente mientras veo a mi grupo en fila.

—Cabecilla, abre la puerta y entra.

—Entraré con él.—Mi papá grita.

—No nos obligues a matarlo ahora.

Solo entra viejo. No lo hagas más difícil.

Abre la puerta mientras estoy en la mitad del camino y entran todos. Cuanto entro, cierran la puerta detrás mío y se vuelve totalmente oscuro.
—¿Rick?.—Alguien susurra del otro lado del vagón, mi papá se acerca para ver mejor.

—Están aquí.—Glenn sonríe al vernos a todos.

Salen personas que no conocemos con ellos y a Maya junto a Alex. Rápidamente busco con la mirada con la esperanza de que ella estuviera aquí, pero nada. Amelia no está con ellos.

—Ellos son nuestros amigos, nos ayudaron a salvarnos.—Maggie habla sacándonos de la duda.

—Si, ahora también son nuestros amigos también.

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Nos estamos preparando para cuando vuelvan a abrir las puesta. No íbamos a quedarnos sin hacer nada.

—De acuerdo, cuatro de los desgraciados vienen hacia acá.—Daryl nos comenta mientras se asoma.

—Todos ya saben que hacer. Primero a los ojos, luego en la garganta.—Papá se levanta mientras habla.

Nos preparamos a atacar.

—Pongan la espalda contra uno de los extremos del coche.—Una voz se oye del otro lado del vagón.
Abren una ventana del techo y avientan una tipo bomba al suelo.

—¡Fuera!.—Nos alejamos, hay humo por todos lados, se ve nublado todo.

AMELIA

—Estamos cerca, los llevaré hasta ahí, quiero ver que estén a salvo, pero no me quedaré.—Carol nos comenta cargando a Judith. Esa niña pesa toneladas. Ya no pude más y se la di.

𝙈𝙞𝙧𝙖𝙙𝙖𝙨 𝘾𝙤𝙣𝙚𝙘𝙩𝙖𝙙𝙖𝙨 [𝘾𝙖𝙧𝙡 𝙂𝙧𝙞𝙢𝙚𝙨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora