Habían pasado casi 3 años, 3 años en los que Horacio y Gustabo no habían cruzado palabra alguna. Después de la charla que la oficial había tenido con Sam, se había decidido que Horacio iría a una casa hogar por no tener un tutor legal, en cuanto al caso de Dan, todo arrojaba que se trataba de un asesino vestido de payaso que jamás apareció. Por lo que había escuchado Horacio, Segismundo no volvió a la casa y el mandó quedó en uno de los chicos mayores. Horacio ahora tenía 18 años y gracias al apoyo de la oficial estaría por entrar a una academia de policía.
—El exámen es la próxima semana, si continuas con esa actitud estoy segura que entras— Comentaba la oficial mientras daba un bocado a su desayuno. Desde que Horacio había sido mandado a la casa hogar, ella siempre vio por él, casi todos los días le visitaba para ir a desayunar o comer, y cuando el chico le comentó su interés por entrar al cuerpo policiaco ella no dudo en orientarlo.
—¿De verdad? Espero llegar a ser como tú— la chica sonrió
—Seras mejor que yo— Horacio se sonrojó un poco — Solo que tengo un detalle— Horacio le miró confuso
—¿Qué ocurre?— Ella dejo a un lado su plato y le miró sería.
—La cresta se va— Horacio al oír eso casi se atraganta, tenía ya más de un año con su maravillosa cresta que podría ser la cosa que más quería en el mundo
—¡Pero eso es injusto! Sin la cresta pierdo mi personalidad. ¿En qué afecta que la lleve?— La chica soltó una leve risa.
—Cariño son las reglas, si quieres ser de este medio tienes que seguir las reglas al pie de la letra, siempre siguiendo un comportamiento honorable, jamás dañando a otros— Horacio hizo un leve puchero
—Que eso ya lo hago, pero se me hace una estupidez pedirme eso ¿En qué afectaría mi trabajo?— ella negó
—No es en qué Afecta Horacio, solo es que debes de generar confianza y créeme que nadie se sentirá confiado si un oficial con el cabello azul sigue su caso, pensaran que es un payaso— Al escuchar la palabra payaso Horacio se tensó un poco, ya 3 años de la muerte de Dan y la desaparición de Gustabo y Segismundo.
—Cariño yo...— la oficial estaba por disculpame por mencionar aquello pero Horacio le interrumpió.
—Esta bien, estoy bien... Solo que por estas fechas me pongo algo sensible— ella coloca su mano sobre la suya en señal de apoyo.
—Hablando de eso, no podré acompañarte a su tumba el sábado, tengo que salir de la ciudad para investigar un caso— Horacio le miro triste.
—Es trabajo lo entiendo, puedo ir solo, iré después de terminar en la estética— Ella asintió. Horacio tenía dos años trabajando en la estética del hermano menor de la oficial.
—Ese es mi chico— se levantó —Tengo que volver al trabajo, te veo para cenar— Horacio asintió.
—10-4— Ella sonrió y dejo dinero en la mesa para después salir.
Horacio continuo comiendo mientras sacaba una pequeña libreta de su mochila, en ella venían algunas cosas que vendrían en su examen.
Mientras tanto en algún ciudad al norte de México, Gustabo se encontraba empacando algunas cosas para irse de viaje. Pablito entró en su habitación y le entrego un sobre con dinero.
—Por ahora no pienso volver en un tiempo, esperaré a que mi hija termine el último año de preparatoria— Gustabo tomo el sobre y asintió.
—No te preocupes por eso, con lo que ya me diste es suficiente para regresar a los santos— Pablito se sentó en la cama
—¿Cómo piensa encontrar a su carnal? Ya pasó un chingo desde la última vez que se vieron—
—Yo nunca le perdí la vista— Pablito soltó una risa
—Lo que uno hace por la familia— Gustabo asintió —Solo una cosa wey, si ya sabes dónde está tu carnal ¿Para que quiere a los muchachos?— Gustabo guardo silencio unos minutos.
—Porque seguramente le lavaron el cerebro, digamos que tiene una pulgada pegada 24/7— Pablito no entendió la metáfora pero en todo el tiempo trabajando con Gustabo, había aprendido a no preguntar.
—Pues buen viaje joto, cuando regrese me pondré en contacto para seguir trabajando— se levantó y le dio un abrazo a gustabo
—Gracias nuevamente Pablito— el negó
—Tu ya eres de mi familia—
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• ANTE TODO •
Fanfic-Escucheme bien Conway... El hombre del que habla es mi hermano. No voy a permitir que usted ni nadie le ponga una mano encima- -Abre los malditos ojos capullo, aquél hombre que tienes enfrente dejo de ser tu hermano hace mucho tiempo atras.- -Pue...