Gustabo había salido junto con Segismundo para recoger la mercancía de los próximos 3 meses. Ese día se sentía aburrido pues no ayudaba en nada así que decidió salir para despejarse un poco.
Comenzó a caminar sin un rumbo fijo, habían pasado ya algunos meses desde su llegada, y tal como lo predijo Segismundo, su hermano había resultado un trabajador excelente para los mafiosos.
Después de un rato más llegó al lugar donde todo había comenzado. Aquel donde conoció a Gustabo por primera vez.
—Perdi un padre pero obtuve un hermano...— Susurro sin quitar la leve sonrisa de su rostro.
De pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de una pelea.
—Puedo darles dinero pero por favor no me hagan nada— comentaba un chico pelirrojo claramente asustado.
Horacio recordó cuando estuvo en su lugar y se acercó para ayudarlo.
—Dejarlo en paz, ya te dijo que te pagará— se metió entre los chicos que lo rodeaban
—No te metas, no es asunto tuyo— Menciono el agresor del chico.
—Yo no quiero problemas y se que tú tampoco, así que tú y tus amiguitos se van a comer culos a otro lado y dejan a mi amigo tranquilo— Amenazó Horacio
El chico miro fijamente a Horacio para después hacer una señal con su mano para que los demás chicos se dieran vuelta y se fueran —Tienes suerte de ser hermano de Gustabo, en otro contexto te partiría el culo en dos— mencionó molesto para después irse.
—¡PAYASO!- Después de gritarle antes de que se fuera, se acercó al pelirrojo.
—¿Estás bien tío?- el chico asintió
—Gracias...— Horacio sonrió
—No tienes que agradecer, pero trata de no pasarte por acá, claramente se ve que no eres de estás calles y cualquiera se aprovecharia-
—Tienes razón, pero es la única forma para poder tomar mis clases— Horacio levanto una ceja
—¿Clases por éste lugar?— El chico asintió
—En el parque de la esquina, cada tarde, se reúne un grupo de chico a bailar. Los vi hace algunos días y me interesó mucho.—
—¿Te molesta si te acompaño?, La verdad a mí también me gusta bailar...- Preguntó tímido.
—Yo encantado, además sería un honor que mi héroe me acompañe- Horacio se sonrojo
Después de terminar aquellas clases, Horacio invito al pelirrojo a comer un helado, tenía tiempo sin sentirse tan bien con alguien que no fuera Gustabo
—¡Mira, mira!- Horacio le gritaba al chico mientras le mostraba el nuevo paso que había aprendido.
—Lo haces muy bien, podría jurar que naciste para esto- elogio el pelirrojo
—Gracias... Emm- el chico sonrió
—Dan... Bueno no, me llamo Daniel pero me dicen Dan, es diminutivo y.... Eso- comento nervioso Dan mientras bajaba un poco la cara sonrojado.
—Un gusto Dan, yo soy Horacio- Estiró su mano.
—El gusto es mio- correspondió el saludo.
Después de un rato más donde ambos chicos comentaban lo genial de su clase de baile, algunos chistes malos por parte de Horacio y algunas historias por parte de Dan. El tiempo había volado y la noche se hizo presente.
—Mierda...— Dijo dan al ver la hora en su celular. —Mi madre me va a matar— se levantó de la banca donde se encontraban. —Tengo que irme Horacio— Horacio también se levantó
—Te acompaño, ya es tarde y podrías encontrarte con algún maleante— Dan sonrió
—No quiero meterte en problemas con tus padres— Horacio negó
—No te preocupes por eso, vivo con mi hermano y el aún no llega.— Dan bajo un poco la mirada.
—Lo siento... Yo...—
—No te preocupes, está bien. Vamos porque tú si que tendrás problemas— Dan asintió y comenzaron a caminar.
Horacio y Dan se dirigieron hasta un centro comercial cercano donde a Daniel le esperaba un auto bastante lujoso.
—Gracias por hoy, nos vemos mañana para más baile— comentó mientras movía un poco los hombros
—Nos vemos mañana — se despidió Horacio mientras veía a Dan subir al auto.
Después de ver partir la camioneta, Horacio tomo rumbo a su casa. ¿Gustabo ya habrá llegado?, Se preguntó. Encendió su celular para ver si tenía algún mensaje y para su desgracia si, tenía 10 llamadas perdidas de Gustabo y otros 30 mensajes.
—Joder— comentó y comenzó a correr para llegar más rápido.
Al entrar en casa lo primero que que vio fue la cara de Gustabo bastante molesto, entro lentamente tratando de evitar la mirada molesta de su hermano.
—Hombre, Gustabo ¿Qué haces? Debes de tener sueño— Saludo de la manera más normal posible.
—Si hoy fue un día cansado, pero no se puede dormir cuando tú hermano no está en casa a las ¿Qué? — Miro su reloj —Las 11 de la noche.
Horacio no dijo nada y espero la demás aparte del regaño.
—Pero di algo Horacio, ¿Qué estupenda actividad te tuvo lejos de casa todo el día?—
—¡Cierto, mira mira!— le gritó mientras colocaba una mano en su cadera y comenzaba a mover las piernas— ¿Te gusta? Ahora voy a tomar clases de baile.
Gustabo le miro al principio confundido pero segundos después sonrió al ver lo feliz que se veia su hermano.
—Pues se te da muy bien eh — hizo una pausa — Pero tampoco te quedes tan tarde, este lugar no es tan seguro— Horacio asintió
—ve a cenar y después a bañarte que hueles a culo. Yo iré al cuarto, estoy muerto—
—Vale— sonrió después de ver a su hermano subir, ese día había sido de los mejores y había hecho un amigo.
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• ANTE TODO •
Fanfic-Escucheme bien Conway... El hombre del que habla es mi hermano. No voy a permitir que usted ni nadie le ponga una mano encima- -Abre los malditos ojos capullo, aquél hombre que tienes enfrente dejo de ser tu hermano hace mucho tiempo atras.- -Pue...